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La canalización del viento y sus efectos en la Península Ibérica

El viento, al igual que el agua, es un fluido que circula de forma aparentemente caprichosa, pero que sigue unas leyes de la Física, las de Dinámica de fluidos. Así en valles estrechos teóricamente los vientos son más débiles que en valles más anchos por el efecto de rozamiento del viento con los obstáculos, pero esto no siempre sucede así. Por el efecto de Bernoulli el viento sufre una aceleración en estos lugares. Esto es lo que sucede en el tramo del río Segre al sur de la ciudad de La Seu d'Urgell, en pueblos como Coll de Nargó o Oliana el viento del norte sopla con fuerza. La Depresión del Ebro es un valle mucho más ancho que esta última zona donde sopla a menudo el cierzo (viento del NW) y el viento del sureste («bochorno»). Aunque la situación sinóptica pueda ser del norte y del noreste, el encajonamiento de esta zona deprimida entre los Pirineos y el Sistema Ibérico hace que el viento predominantemente sea de noroeste, es el cierzo, y sopla con fuerza. En el estrecho de Gibraltar sucede un fenómeno también de encajonamiento del viento en esta zona donde el mar Mediterráneo se estrecha que hace que los vientos más típicos sean el poniente y el levante, especialmente este último. En situaciones de anticiclón centrado en Centroeuropa y con una depresión en el SW de este centro de acción normalmente encima del Golfo de Cádiz, es cuando el viento de levante sopla con más fuerza, aunque el viento geostrófico es del sureste. Pero no sólo sopla el levante con un importante gradiente de presión sino especialmente en verano con una depresión térmica en el interior de la Península que favorece un gradiente térmico entre la costa mediterránea con máximas alrededor de 30ºC o inferiores (por ejemplo en Málaga) y máximas superiores a los 40ºC en la depresión de Guadalquivir.

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