Síguenos en redes sociales:

Farolillos rojos y luna llena

Dos semanas después del inicio de la llamada Fiesta de la Primavera, como ya escribimos aquí mismo el último sábado de enero, hoy la ancestral costumbre marca la celebración de la conocida como Fiesta de los Farolillos como colofón al periodo vacacional por el Año Nuevo Chino. Esta cita con la tradición tiene lugar en la primera noche de luna llena del año chino que, en esta edición, alcanza el 4715.

Se trata, asimismo, de una simbólica y perfecta combinación de su longeva cultura. Esta tradición festiva arranca en China desde la lejana dinastía Han (206 a.C.-220 d.C.), en una época en la que la población llegó a los 50 millones de habitantes, mayor que la actual de España pero hace dos milenios, y solo en un tercio del actual territorio chino. Un momento de explosión cultural también porque, en esta etapa, se fomentó la educación y la escritura en el recién inventado papel de arroz.

El origen de esta festividad de los farolillos rojos está ligada a la popularización del budismo en China y su encendido servía como una muestra de respeto hacia Buda. Otra costumbre que se enraizó fue la de los acertijos que los propietarios escriben en un papel y adhieren a los farolillos que colocan a la entrada de sus casas y negocios. Su adivinación es parte esencial de la fiesta. Si los visitantes solucionan el enigma pueden reclamar a sus propietarios un pequeño regalo.

Si hablamos de gastronomía, la reina de las comidas en este día en China es el tangyuan, unas bolas de arroz glutinoso con relleno dulce o de carne. Como son redondas y compactas, representan el símbolo de la familia unida, al estilo de nuestra circular y atávica paella, por ejemplo. De hecho, en chino, su pronunciación también puede significar reunión familiar. Este manjar se puede cocinar hervido, frito o al vapor.

Precisamente este jueves, en el Instituto Confucio de la Universitat de València (ICUV) pudimos elaborar y degustar este plato típico de la Fiesta de los Farolillos. Y lo hicimos gracias a las enseñanzas y los consejos de nuestro profesorado chino, estudiantes y simpatizantes que se acercaron hasta nuestras instalaciones del campus dels Tarongers. Como también ayer aprendimos en Castellón, en el Ámbito Cultural de El Corte Inglés, todo lo que envuelve a esta fiesta que hoy celebramos. El público, además, pudo llevarse a casa calendarios del Instituto Confucio personalizados con sus nombres en caligrafía china.

Nuestro ICUV festeja sus primeros diez años de vida. Y para conmemorar el hito estamos preparando una serie de actos hasta el próximo noviembre, la fecha en la que se puso en marcha como dinamizador de las actividades docentes y académicas ligadas a la cultura, la lengua y la civilización chinas. Durante este decenio, el ICUV ha consolidado su presencia en la sociedad valenciana y ha asentado su enseñanza de la lengua como la mejor arma profesional que, en la actualidad, tienen los estudiantes y los profesionales para mejorar su currículo.

El idioma en el que escribieron sus enseñanzas pensadores como Confucio o Laozi, hace más de 2500 años, ya no representa ahora la Gran Muralla que aislaba y protegía a China del resto del mundo. El profesorado con el que contamos, nativo y especializado en la didáctica de una lengua que nos parece impenetrable, consigue los más altos estándares de calidad y la convierte en un apasionante ejercicio de superación. Solo hay que acudir a las clases, que se celebran a diario en nuestras aulas, y ver las caras de niñas y niños que lo practican con una mezcla de curiosidad y diversión.

Finalmente, les animo a que participen en cuantos eventos culturales y folklóricos vayamos celebrando durante este año. Y no olviden que solo el conocimiento mutuo entre culturas es el mejor antídoto contra la ignorancia y la intolerancia.

Pulsa para ver más contenido para ti