Síguenos en redes sociales:

La reversión de La Ribera, un campo minado

El borrador de la auditoria operativa sobre el Área de Salud de Manises en el período 2009-2015, encargada por Sanidad a la Sindicatura de Cuentas, concluye que el modelo Alzira ahorra un 21 % a la sanidad pública, siendo al mismo tiempo «uno de los departamentos de salud más eficientes». La sorprendente respuesta de la consellera es que «el debate no está ahí» y la aún más sorprendente respuesta de la vicepresidenta del Consell es que «lo fundamental no es el rendimiento económico de una empresa, sino la atención, la calidad y el cariño con que se trata a la gente que pasa por el sistema sanitario».

Después de tantos años esperando, y sin desmerecer lo aportado en su borrador por la Sindicatura de Cuentas, creemos conveniente esperar al informe definitivo, que ya contendrá las alegaciones de la conselleria y de la concesionaria, al que, para poder comparar mejor los datos, sería conveniente añadir una auditoria asistencial, del mismo periodo y departamento. Aun así, creemos conveniente reflexionar cómo está manejando la Conselleria de Sanidad la reversión de la gestión del Departamento de Salud de La Ribera.

Después de múltiples reuniones que los responsables de Sanidad han mantenido con el comité de empresa, tratando de tranquilizar a los 1.800 trabajadores del departamento, generándoles la confianza de que la reversión se va a realizar protegiéndoles de sus derechos, unas desafortunadas manifestaciones del comisionado (ahora excomisionado) de la conselleria han causado inquietud entre los trabajadores de la concesionaria y los habitantes de La Ribera. Y no sabemos si la consellera ha valorado bien el reto al que se enfrenta y quien tiene la mejor baza en la negociación.

La reversión del Departamento de Salud de La Ribera es un problema complejo, un campo minado del que el triunfo para el partido socialista, al que en el reparto le correspondió la Conselleria de Sanidad, será haber cumplido la promesa política del Acuerdo de Botánic y punto. Nadie los habitantes de La Ribera, ni los trabajadores del departamento le darán las gracias por ello. Los socios de gobierno deben estar contentos de haber pasado a los socialistas el embrollo de la reversión, de forma que a ellos no les pase factura. ¿Por qué no aparece el secretario autonómico (la cuota de Compromís en Sanidad), dando la cara ante la opinión pública, en la negociacion con la empresa, en las reuniones con los sindicatos o en las comunicaciones a los usuarios?

Desde que revierta a la gestión pública (1 de abril de 2018) hasta las elecciones autonómicas, transcurrirán 15 meses de gestión absoluta de la Conselleria de Sanidad, sin paz social en la sanidad de La Ribera, cuya responsabilidad se atribuirá al PSPV, que pagará el coste electoral. Exponer a la consellera y al subsecretario ante la opinión pública, como los únicos vinculados con el proceso de reversión es una buena estrategia para Compromís. Si las cosas salen bien, no les pasará nada. Si hay algún coste político, lo pagarán los socialistas.

El mayor o menor cariño con que se trata a la gente es tan subjetivo para el que lo da como para el que lo recibe. El cariño que valora nuestra vicepresidenta no se puede medir, no se puede argumentar como motivo de reversión. Los ciudadanos quieren que se les atienda bien y sin demora. Solo sobre una solida base asistencial y económica se puede explicar la reversión. Lo demás son falacias.

Pulsa para ver más contenido para ti