Luis Fernández ha escrito un libro espléndido, «Las calles y su historia», que permite conocer sobre la historia de València a través del nombre de sus calles. Apunta la importancia de las fallas en la toponimia de las calles, explica los nombres escogidos en los casos de la Reina o la Paz, revela el cambio de nombres en función de las ideologías, y señala la escasa relevancia otorgada a la calle de Jaume I. Está prologado por Vicent Baydal, quien comenta, en un documentado recorrido, el nombre de las calles en las que habitó Leandro de Saralegui, militar ilustrado de El Ferrol; doctor Manuel Candela, ginecólogo y rector de la Universitat de València; y Goleta, en el barrio de Tendentes, próxima a otras de resonancias igualmente náuticas, como Fragata, Carabela o Yate.

El libro fue presentado en la Fundación Giménez Lorente, dirigida por su director Francisco García de la Universitat Politècnica de València, por Andrés Goerlich, sobrino del ilustre arquitecto y Presidente de la Fundación Goerlich, y su lectura está destinada a elevar la autoestima de los valencianos al dar a conocer la riqueza de su historia y los avatares de la toponimia urbana. Con ellos admiro el reconocimiento que València rinde a la memoria de sus antepasados acreditando su condición en los nombres de las calles que les dedica. Así, la del escultor Capuz, el taquígrafo Martí, o el erudito Orellana, por poner unos ejemplos conocidos. En otros casos se alude escuetamente a Sorní, considerado por Josep Vicent Boira, «el Garibaldi valencià», por su carácter revolucionario, calle próxima a las dedicadas a figuras conservadoras como Cirilo Amorós, Navarro Reverter o Serrano Morales, y a la del marino, Jorge Juan, científico, espía, «moderno James Bond», en palabras de Fernández.

En Londres, son las Blue Plaques, las que, desde el siglo XIX, singularizan, con el apoyo del English Heritage, el patrimonio cultural e histórico de aquellos lugares donde vivieron personajes relevantes, como por ejemplo, Alfred Hitchcock en Cromwell Road, Georges Orwell en Portobello, Josep Losey en Royal Avenue, o Lenin en Tavistock Place. Más recientemente, en Neal´s Yards, se encuentra el dedicado a Nicholas Saunders, figura del movimiento alternativo, quien puso en el mapa londinense este bonito rincón, donde también vivieron los Monty Phyton. Del mismo modo, en nuestra ciudad se conmemoran con placas análogas hechos relevantes, como el lugar de residencia de intelectuales antifascistas durante la Guerra Civil, Casa de la Cultura, presidida por Antonio Machado, en la calle de la Paz, llegando al Parterre; la reunión de los facultativos valencianos, doctores Candela, Peset, entre otros, en el lugar del homenaje al doctor Ferrán, descubridor de la vacuna contra el cólera, en la calle Pascual y Genís, donde el Colegio Notarial; o el domicilio de residencia del premio Nobel, Ramón y Cajal, mientras impartía su docencia en València. Reconocer de esta manera su autoridad científica, cultural o social, en las calles de València, es un modo sencillo e ilustrativo de educar a la ciudadanía.