Amenudo se suele encontrar noticias en medios de comunicación, tanto de ámbito nacional como más cercano, en las que se asocia la palabra poniente con la lluvia en el mediterráneo. Esta asociación en realidad solo es válida para una porción muy pequeña del territorio valenciano, puesto que solo en puntos de las comarcas de más al interior se da, así por ejemplo en Sinarcas, según los registros de la estación municipal que se pueden encontrar en la web de AVAMET superan los 70 mm. En cambio, en el prelitoral y litoral de la Comunidad Valenciana son pocos los puntos que superan los escasos 10-20 mm de precipitación en este mismo periodo. La credibilidad de este tipo de noticias que asocian el viento de poniente a la lluvia para quienes verdaderamente saben de meteorología en nuestra tierra, los agricultores, es mínima; puesto que saben perfectamente que del viento de poniente pocos riegos se van a poder ahorrar.

Es un hecho que durante el paso de un frente de poniente, después de superar toda la Península Ibérica y bajar la meseta, las nubes tienden a perder su estructura y a deshacerse. Se puede decir que, haciendo climatología ficción, si el mar Mediterráneo estuviese seco nuestra zona litoral sería una estepa completamente desértica. Así pues, aunque a nuestros amigos falleros estas fallas les hayan parecido lluviosas, la realidad que muestran los pluviómetros es que el déficit de lluvia en la mayoría de nuestras comarcas sigue siendo muy importante. Para poder tener lluvias de entidad y persistentes la necesidad de tener un mar cercano es fundamental, ya que cuando los vientos vienen del este al pasar por el mar Mediterráneo se recargan de humedad por su base y si las condiciones de inestabilidad son propicias pueden acumular cantidades significativas de precipitación, de las que nuestros agricultores saben que ahorran riegos. Este tipo de lluvias en nuestro entorno litoral y prelitoral puede suponer más de las tres cuartas partes de la precipitación en un año normal, habiendo zonas donde supone incluso más del 90%. A diferencia de las lluvias con vientos de poniente, que dejan lluvias que raramente se extienden en el tiempo por más de dos horas, con intensidades que muy difícilmente superan el rango de moderado, con vientos de levante y las condiciones de inestabilidad adecuadas las lluvias se pueden prolongar por días acumulando grandes cantidades de precipitación en ocasiones con intensidad torrencial.

Así pues, podemos resumir que las lluvias con viento de poniente podrán deslucir momentáneamente algunos actos de una festividad como las fallas, pero nunca anularlas como ocurriría con un temporal de levante.