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Y otra más

Vuelvo con el ozono. Si siguen mi cuenta de Twitter (@UJIGEO1004), habrán observado su distribución estacional. Aunque la mayor producción de ozono se da en latitudes ecuatoriales, su concentración máxima acontece en las polares, adonde llega transportado por la circulación atmosférica desde la ascendencia del aire dentro de la Zona de Convergencia Intertropical. Un aspecto que se les puede haber pasado por alto es la disimetría invernal entre ambos polos. En el polo Norte, el valor máximo (437 UD) se da en invierno, si bien las altas concentraciones tienen una mayor extensión espacial en primavera. El ozono se ha ido acumulando durante el invierno y no ha habido radiación solar que lo destruya. A ese ozono, en primavera se añade el creado por la radiación solar en aumento. Si nos vamos al hemisferio austral, vemos algo parecido y las concentraciones son superiores en su primavera. Pero al contrario que en el norte, justo en las latitudes polares nunca se alcanzan valores elevados. Éstos se limitan a los 50-60ºS. Cambiemos de perspectiva para una mejor visualización. Abandonemos la proyección equirectangular, centrada en el cruce del meridiano de Greenwich y el Ecuador, por la ortográfica polar. Es fácil advertir ahora ese "agujero" polar austral, rodeado por concentraciones elevadas, una especie de "donuts" de ozono. La circulación atmosférica vuelve a ser la responsable. La Antártida está cubierta de un anticiclón térmico, determinado por el frío aire glacial, a su vez rodeado por el vórtice polar. Sin continentes, son borrascas sobre un mar que siempre les aporta energía. Sus potentes vientos (los 40 rugientes, los 50 aulladores y los 60 bramadores, de los marinos) aíslan la Antártida e impiden la llegada de las masas de aire cargadas de ozono.

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