No es una percepción, el volumen de precipitaciones decrece. Al menos, en zonas como la franja litoral de la Comunitat Valenciana donde el paisaje de monte muestra una sequedad continuada y, tal vez, sea la causa del tono amarillento de los palmitos. El balance elaborado por la la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) del año hidrológico -del 1 de octubre al 20 de junio- muestra que las lluvias acumuladas en el territorio de esta autonomía han sido un 30% inferiores al promedio climático normal de las tres últimas tres décadas. Además, el 85% del territorio valenciano se encuentra en déficit pluviométrico, de hecho, la Aemet destaca una gran diferencia entre el litoral y el interior. La primavera ha sido muy seca en zonas costeras, como una pequeña área de la comarca de la Safor que ha resultado extremadamente seca. Por el contrario, en el interior se han registrado más lluvias y el ámbito más occidental de la comarca de la Plana de Utiel-Requena fue extremadamente húmedo durante la pasada estación. El observatorio de Miramar solo contabilizó 16 litros por metro cuadrado, mientras que en Caudete de las Fuentes se superaron los 228 litros por metro cuadrado. Esta tendencia pluviométrica revela la vulnerabilidad de la costa mediterránea ante los efectos del cambio climático, entre los que destaca la reducción de disponibilidad de agua -en cantidad y de calidad-, el incremento térmico, la intrusión marina y el aumento del nivel del mar.