Es muy buena noticia para València que el uso de la bicicleta haya crecido. La utilización de la bicicleta para desplazarse o hacer turismo es un síntoma de modernidad e inteligencia. Si a esto añadimos su uso como actividad deportiva llegaremos a una conclusión muy elemental: las bicicletas han llegado a València para quedarse. Contrariamente a lo que podríamos creer, las urbes con ciclistas tienen mayor seguridad. Utilizando la bicicleta se agilizan la mayoría de desplazamientos; por ejemplo, en Tokio, se realizan en bicicleta con más rapidez los traslados de menos de 50 minutos. París cuenta con uno de los sistemas de alquiler de bicis más importantes. Copenhague, Burdeos, Amberes, Ámsterdam o Berlín, que dispone de 620 kilómetros de carril bici, son ejemplos de ciudades que apuestan por la movilidad sobre dos ruedas.

El uso de la bicicleta como medio de transporte o como actividad deportiva es una filosofía de vida. Uno de los primeros momentos de libertad que siente un niño ocurre cuando por primera vez va en bicicleta sin el apoyo de dos ruedines. H. G. Wells, escritor inglés, decía que cuando veía a un adulto encima de una bicicleta recuperaba la esperanza en el futuro de la humanidad. En la bicicleta, mejor no mirar hacia atrás. Avanzamos siempre a cara descubierta, disfrutamos del paisaje, en ocasiones aguantamos repechos, lluvia y viento en contra. El calor, el frío, la gravilla o el polvo no nos pueden amedrentar. Deberemos evitar baches, controlar la velocidad y asumir riesgos sin ponernos en peligro.

Thomas Stevens, en 1884, dio la primera vuelta al mundo en bicicleta recorriendo 21.700 kilómetros. Sin llegar a esos extremos, muchos europeos se lanzan al turismo sobre dos ruedas moviéndose con la fuerza de sus piernas. El viaje en bicicleta de alforjas es una realidad en Centroeuropa donde es fácil encontrar parejas de jubilados, jóvenes o familias con amigos que visitan las ciudades en bicicleta. Ecologismo, cultura, deporte y naturaleza se unen en un cóctel difícilmente superable. Existen itinerarios muy atractivos que recorren ciudades y poblaciones al amparo de ríos como el Danubio, el Rin o el Loira y con desniveles que en ningún caso superan el 6 %. Se pueden contratar paquetes turísticos que ofrecen bicicletas, hoteles y el traslado del equipaje, en distancias de 50 a 70 kilómetros. Es muy agradable levantarse a primera hora de la mañana, realizar un buen desayuno en un hotel, llenar las alforjas de lo necesario y saber que te espera una jornada especial. Sin darnos cuenta en una semana podemos recorrer distancias cercanas a los 350 kilómetros con lo que el conocimiento de la zona elegida es mucho mayor que viajando con otros medios.

El cicloturismo es una gran oportunidad que tenemos para desarrollar un turismo sostenido y de calidad. Es urgente que las administraciones aceleren la construcción del carril Eurovelo 8 que pretende cruzar todo el Mediterráneo español y así conectar Cádiz con Atenas. Sería conveniente crear aparcamientos de bicicletas en el centro de las ciudades. Es básico dar a conocer los carriles existentes, señalizarlos bien y conectarlos; de esta forma nos equipararemos a naciones como Francia o Alemania. La Comunitat Valenciana y España deberán hacer esfuerzos para ponerse manos a la obra en esta gran empresa que podría cambiar nuestros hábitos. Cuidaremos el medio ambiente, realizaremos ejercicio físico y potenciaremos un turismo diferente.