El Plan Estratégico de Infraestructuras y Transporte (PEIT) fue aprobado por el Consejo de Ministros de 15 de julio de 2005. Proyectaba actuaciones en infraestructuras y transportes desde el año 2005 al 2020, con una inversión total de 241 392 millones de euros, lo que suponía un esfuerzo inversor de unos 15.200 millones de euros al año, en torno al 1,5 % del PIB y una de sus propuesta era el Corredor Cantábrico-Mediterráneo. La nueva infraestructura de alta velocidad y apta para tráfico mixto conectaría el corredor Mediterráneo desde València-Sagunt con el País Vasco y Santander a través de Teruel, Zaragoza y el eje del Ebro. Era una de sus principales apuestas para configurar un eje transversal de primera magnitud que modifique la geometría tradicionalmente radial de la red existente.

De forma aparentemente inexplicable, Europa no ha incluido el tramo Zaragoza-Teruel-València del proyecto Corredor Cantábrico-Mediterráneo dentro del Nuevo Reglamento CEF (Mecanismo Conectar Europa) de la Red Transeuropea de Transporte para el período 2021-2027, lo que determina las condiciones para obtener financiación europea posterior.

La razones son inciertas, pero en el trasfondo del asunto está la invisibilidad de la Comunitat Valenciana y de otras zonas como por ejemplo Teruel, lo que permite que puedan florecer alternativas que nos excluyen. De nada sirven los argumentos objetivos, como que el Puerto de Valencia es el principal puerto de España y del Mediterráneo (5º europeo y 30º mundial) en tráfico de contenedores, a pesar del trato de favor que reciben otros puertos, de nada sirve la lamentable situación del ferrocarril Teruel-València o que el tiempo de viaje Bilbao-València sea en tren hoy de más de 9 horas, o que aparezca una conexión directa entre los puertos (Pasajes, Santander y Bilbao con Castelló, Sagunt y València), las ciudades del norte español con la zona oriental de la península y parte del norte de Europa con el Mediterráneo. Siempre se ponen en duda nuestras posibilidades y nuestra capacidad de desarrollo; dicho de otra forma, nadie nos ve. La consecuencia de este hecho es que la Comunitat Valenciana quedará en inferioridad respecto a otros territorios, no estaremos en igualdad de condiciones y peligrará la cohesión social.

Otras gentes explotan hasta la saciedad sus aspectos positivos, se lo curran, trabajan su cohesión social, forman lobbys, presionan parlamentariamente, incluso consiguen que a veces se puedan imponer soluciones onerosas para otros. Necesitamos que los distintos sectores valencianos trabajen porque estemos en igualdad de condiciones para el desarrollo de nuestras capacidades, necesitamos que la competencia sea justa, no valen carreras con participantes dopados, ni más ni menos. Y no sólo es cosa de las instituciones, es cosa de todos nosotros, cada uno desde su parcela.

La Generalitat Valenciana, la Junta de Aragón, el Gobierno de España, la Cortes Valencianas, los parlamentarios españoles en Europa, el Ayuntamiento de Teruel, el de Sagunt, el de València€ están trabajando para que el tramo Zaragoza-València se recupere en el Nuevo Reglamento CEF. Los sindicatos (UGT, CC OO, Intersindical€) y la patronal (CEV) se han pronunciado inequívocamente, las asociaciones de consumidores (CEU, Avacu, UCE), la Autoridad Portuaria, partidos políticos valencianos también y desde CAVE-COVA (Confederación de Asociaciones Vecinales de la Comunidad Valenciana) estamos empujando también con nuestras organizaciones de Zaragoza, Teruel, Sagunt y València. Todos juntos queremos que el Parlamento Europeo apruebe las alegaciones que revierten este tramo a la red europea.

Sólo nos falta convencer a la ciudadanía de que esta infraestructura es una de las bases sobre las que se asienta su bienestar y su progreso. Para ello necesitamos no sólo nuestro compromiso como organizaciones, también necesitamos a los medios de información: televisión valenciana, la prensa escrita, las emisoras de radio€ para que informe de qué nos estamos jugando y ayude a salir del tradicional meninfotisme valenciano.

Necesitamos visibilidad para que el Parlamento Europeo tenga en cuenta nuestras peticiones, revierta lo que nunca debió ocurrir y apruebe las alegaciones que se han presentado y para que la Comisión Europea lo ponga en marcha. Tenemos una oportunidad para hacerlo todos juntos en al manifestación del 7 de octubre en València por la cohesión social y el progreso de nuestra Comunitat: Corredor Cantábrico- Mediterráneo. Me parece que debemos estar.