El 9 d´Octubre se caracteriza por la mezcla de festividad y de reivindicación. Se trata de una jornada que sirve para recordar las raíces del pueblo valenciano y, la vez, para reclamar su importancia en España y en Europa. Los numerosos actos que se suceden a lo largo del día reflejan la suma de ambos factores y provocan una acumulación de sentimientos y sensaciones para la ciudadanía valenciana.

El 9 d´Octubre supone, del mismo modo, una oportunidad para reflexionar, para recapitular aquello que ha sucedido hasta ahora y para proyectar lo que queremos que nos depare el futuro como Comunidad Valenciana. Y este año en particular esa oportunidad se agranda por cuestiones como la cifra redonda -780 años- que se cumplen desde que en 1238 entró oficialmente Jaume I en la ciudad de Valencia, por tratarse del último curso de mandato del actual Consell antes de las próximas elecciones autonómicas y municipales y por recibir la visita del presidente del Gobierno, que se suma a las celebraciones.

Cuando nos referimos a recapitular, creo que tenemos que centrarnos en aquellos problemas que más afectan a los ciudadanos y en cómo se han abordado. Sobre todo en el desempleo, que encabeza desde hace años, y con bastante margen de diferencia respecto al segundo, el listado de cuestiones que más preocupan a los españoles en cada encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).

Las cifras del paro se han reducido progresivamente desde los años más duros de la crisis económica y pasaron de afectar a un 23% de la población, según la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo semestre de 2015, a alcanzar al 15,6%, tal como expresa la última conocida, la de julio de 2018. Si hablamos de cifras, nos quedamos con ese descenso.

Si nos referimos a personas, a dramas familiares, constatamos que, según la misma encuesta, 380.000 habitantes de la Comunidad Valenciana seguían sin encontrar empleo cuando se realizó la última EPA. Por tanto, queda mucho por avanzar y por mejorar en ese objetivo que creo que debe ser absolutamente prioritario para las personas que dirigen, desde el ámbito político, las diferentes administraciones. Ese objetivo no es otro que la creación de empleo. Y no a cualquier precio; sino estable y de calidad. Que permita proyectar un futuro y caminar por la senda del progreso y del bienestar.

Y si nos referimos a bienestar, hacemos una alusión directa a sanidad y educación, áreas en las que contamos con magníficos profesionales en la Comunidad Valenciana a los que no siempre acompaña una adecuada gestión por parte de los responsables políticos. Por desgracia, lo comprobamos con el incremento de las listas de espera para ser operado, con el mantenimiento, en la mayoría de los casos, de los barracones en centros escolares, o con la precariedad laboral de numerosos profesionales de ambos sectores.

Queda mucho por mejorar, por seguir creciendo como autonomía, por defender la dignidad de ser valenciano y de recibir el reconocimiento, en cuestiones como financiación, por parte del Estado. Hoy podemos dar un paso más para conseguirlo, para alcanzar esa meta de asentarnos como una comunidad referente, acogedora, orgullosa de sus raíces y que mira al futuro con optimismo, segura de su potencial.

El 9 d´Octubre constituye cada año un hito para sumar, para dialogar, para recordarnos que caminamos en la misma dirección y que con consenso y esfuerzo podemos lograr las metas que, como valencianos, nos proponemos.