La Conselleria de Sanidad de la Comunitat Valenciana, para la cual trabajo como enfermera, se vanagloria de haber puesto en marcha el primer Plan de Igualdad que ha tenido la Sanidad valenciana. La creación de este Plan es loable, ya era necesario e imprescindible contar con un Plan de este tipo en el ámbito sanitario, pero los responsables de la Conselleria no deberían jactarse tanto de su creación puesto que todavía mantienen desigualdades de género muy graves a las que el Sindicato de Enfermería SATSE ha pedido en reiteradas ocasiones que se ponga fin.

La más grave desigualdad que la Conselleria de Sanidad mantiene se produce, no entre personas de distintos géneros, sino entre personas del mismo. Así, la Administración tiene trabajadoras de primera y trabajadoras de segunda, dependiendo de su titulación universitaria, ¡qué fuerte!

Es el caso de médicas y enfermeras que realizan guardias de Atención Continuada en los centros de salud públicos. Mientras las médicas embarazadas que piden no realizar guardias por riesgo para su salud y la del feto perciben un prorrateo de lo que han cobrado por este concepto los últimos meses que han hecho guardias, las enfermeras embarazadas en su misma situación no perciben este prorrateo. Ya vemos que, para la Conselleria de Sanidad, hay embarazadas de primera y de segunda, a pesar de que el Plan de Igualdad de la Conselleria aboga por eliminar cualquier desigualdad.

La siguiente discriminación viene por no reconocer a la graduada en Enfermería la clasificación profesional de A1, o, lo que sería más acorde a los tiempos, que desapareciera la clasificación A1 y A2 y solo existiera la clasificación A para todos los graduados universitarios, puesto que, recordemos, la reforma universitaria de Bolonia ya lleva 10 años en vigor.

De esta manera, todos los graduados universitarios -enfermeras/os, logopedas, periodistas, psicólogos/as, fisioterapeutas, farmacéuticos/as, médicos/as,.- tendrían el mismo sueldo base, equiparándose así los sueldos base para iguales titulaciones en el sector sanitario -otra cosa son los complementos, que varían según el trabajo y la responsabilidad-.

El Sindicato de Enfermería SATSE solicitó que esta equiparación fuera recogida en el texto de la nueva Ley de la Función Pública valenciana, que se está negociando actualmente, a lo que la Conselleria de Sanidad contestó que nones.

Lo grave es que la profesión de Enfermería es eminentemente una profesión femenina, y el seguir en el subgrupo A2 supone para estas profesionales una clara discriminación en el acceso a los puestos directivos de la Conselleria de Sanidad, así como una discriminación en los grupos de investigación y una discriminación económica.

Por ello, lo que tengo que decir a los responsables de la Conselleria es: «Déjense de milongas, de vanagloriarse por el Plan de Igualdad, y hagan un Plan verdaderamente efectivo resolviendo las discriminaciones provocadas por ustedes mismos. No se aplaudan tanto, y no engañen a la sociedad, ya que, cuando se quiere de verdad cambiar algo, se debe empezar por cambiarse a uno mismo». ¡Háganselo mirar!