Parece que ya han quedado lejos los años en los que diariamente lamentábamos el cierre de empresas y la destrucción de puestos de trabajo. Muchos no recuerdan el desánimo general y la espiral pesimista en la que se sumió la economía española, que en el caso de nuestra región se vio agravada por factores políticos y por las características del tejido empresarial. Pero si hay un colectivo, junto a los desempleados, que no pueden olvidar la severidad de ese ciclo, es el de los empresarios de pequeñas y medianas empresas. Solo en el periodo comprendido entre 2008 y 2014 se cerraron en la Comunidad cerca de 25.000 empresas. En Paterna, un municipio tan industrial como este, el paro pasó de 2.890 a 8.056 personas desempleadas en apenas 5 años.

Bajaron la persiana negocios familiares, emprendedores, marcas consolidadas, artesanos, cooperativas€ningún sector se libró de los estragos de la recesión. Solo por unos momentos viajemos por ejemplo al año 2010. Imaginen que cuando todavía se barajaba un posible rescate llega una empresa extranjera dispuesta a invertir y a crear empleo en nuestra región, ¿cuesta creerlo? Pues bien, eso sucedió. Uno de los principales promotores de Reino Unido eligió València, y en particular Paterna, para realizar un centro comercial con el que prometían generar miles de puestos de trabajo.

En aquel momento administración local y autonómica, representantes empresariales y sociedad civil coincidieron en aplaudir un proyecto que dibujaba un rayo de esperanza en un contexto bastante gris. Y aquellos promotores se pusieron a trabajar para convertir la propuesta en una realidad.

La buena noticia es que hoy las cosas han cambiado y nuestro país ha salido de la crisis, la mala es que parece ser que no hemos aprendido nada. Ahora nos podemos permitir darle con la puerta en las narices, valga la expresión, a quien apostó por esta comunidad en un momento en el que ni a nosotros mismos nos quedaban fuerzas para luchar.

La implantación de un proyecto de las características de intu Mediterrani no va a acabar con el pequeño comercio de proximidad porque sencillamente no es su competencia. Nos estamos equivocando de «enemigo. Es el e-commerce quien compite con el comercio de barrio. Pero parece que no hemos reparado en eso porque las ramas no nos dejan ver el bosque y con tanto griterío resulta difícil escuchar.

Paterna tiene la oportunidad de contar con un motor económico de primera magnitud que nos puede situar como destino turístico y de ocio, atrayendo nuevas inversiones y favoreciendo a las empresas de su entorno. Este planteamiento coincide plenamente con el espíritu con que fue creado la Asociación de Pequeños y Medianos Empresarios y Profesionales, APYMEP, que no es otro que tratar de generar oportunidades de negocio para los empresarios locales. En Apymep pensamos que el mayor problema para las empresas es el inmovilismo, mientras que las inversiones siempre suponen dinamismo, retos y oportunidades.

Sin embargo, nos encontramos con que el proyecto peligra, no porque los promotores hayan encontrado mayores ventajas fiscales en otros destinos o no se cumpla la normativa vigente, sino porque algunos de nuestros representantes políticos, parecen estar más pendientes de sus propios intereses que de los generales.