Tras el supuesto fin de la historia, que ya no defiende ni su ideólogo Fukuyama, en América Latina se frenó el Tratado de Libre Comercio para las Américas (ALCA) que quiso imponer EEUU. Fue en 2005, en Mar de Plata, donde se fraguó la resistencia al neoliberalismo, con una alianza que recogía las luchas de la Revolución Cubana, de movimientos sociales como los zapatistas, los Sin Tierra, los indígenas, los pueblos revolucionarios nicaragüense y venezolano… Soberanía, integración, justicia social, democracia popular y multilateralismo eran sus señas de identidad. Fueron precisamente Chávez y Fidel quienes idearon el ALBA, un proyecto que inundó América Latina de médicos, maestros, ingenieros, y que permitió acabar con el analfabetismo en varios países, dar asistencia sanitaria gratuita y universal, reducir la pobreza extrema, enlazar la cultura común, establecer mecanismos de ayuda Sur-Sur…

La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) surgió como una alternativa de los pueblos para resistir al ALCA y acabó transformándose en una alianza de izquierdas para la región, con 11 países integrados tras la salida Honduras y Ecuador. El ALBA es un proceso destinado a la eliminación de las desigualdades y fomentar la calidad de vida y la participación efectiva de los pueblos para definir su propio destino. La integración latinoamericana es clave para la soberanía política y económica, poniendo al servicio de los pueblos las riquezas propias, colaborando de manera justa e inclusiva, garantizando el respeto a la diferencia, a la soberanía, a la no intervención y a la solución pacífica y respetuosa de diferencias, acabando con la política del garrote de EEUU. Los resultados están ahí, reconocidos por Naciones Unidas y otros organismos, aunque sean silenciados o manipulados. Después llegó la era Obama-Trump y, con diferentes métodos, retomaron el objetivo de América Latina como estratégico para sus intereses imperialistas.

En este contexto, la defensa de la Verdad y la movilización desde la solidaridad internacionalista es fundamental. La Administración guerrerista de extrema derecha de Trump y sus aliados lideran una ofensiva para ganar el control de la región a través de golpes militares, económicos, judiciales y políticos precedidos de los mediáticos. Si cae Venezuela, seguirán con Bolivia, Nicaragua, Cuba y quienes se opongan a sus intereses. Está en liza una pugna entre estos países y el neoliberalismo salvaje de los gobiernos derechistas de Brasil, Colombia, Chile, Argentina, Perú, Ecuador. Por su parte, la comunidad internacional y la mayoría de la población mundial quieren el respeto a la soberanía de cada pueblo, el multilateralismo y la relación respetuosa y diplomática, pacífica y dialogada. El ALBA declaró Zona de Paz a América Latina. ¿No será un “mal ejemplo” que no se quiere dar a conocer, o que más bien se quiere demonizar y estigmatizar por algún motivo?

Este sábado 30 tendrá lugar en València (sede CCOO, 18h) una jornada de solidaridad organizada por el PCPV con los Países del ALBA representada por las embajadas de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia. Además de Revolución Ciudadana de Ecuador y diversas organizaciones políticas y sociales. Será un buen momento para conocer de primera mano la realidad de América Latina frente a la posverdad, y será también un espacio para defender la Soberanía, la Paz y la Verdad frente a la Guerra, la Injerencia y la Mentira.