Un grupo de cuarenta senadores franceses, dirigidos por los también senadores Mr Gattolin y Mr Calvet, se ha permitido meter las narices en nuestros problemas con Cataluña, exigiendo que Francia y la UE intervengan en España para que se respeten las libertades y derechos fundamentales de los catalanes, encarcelados o exiliados por sus opiniones en el libre ejercicio político que les dieron sus ciudadanos. Y eso lo dicen, como si en su casa no estuviera el ejército en la calle para dominar a sus chalecos amarillos, que aquí la democracia ajena es lo que importa. En España solo pasó el 23 F.

Ante tal ataque de alcahuetería política es conveniente explicarles a los señores senadores lo que ocurriría si Cataluña se independizase de España, que es lo único que se debate en estos momentos. La primera medida sería su expulsión de la Unión Europea a la que no podrían ingresar sin permiso de España. Naturalmente ante esa situación de aislamiento internacional los catalanes buscarían una salida que gustosamente les ofrecerían las potencias sudamericanas como Cuba, Nicaragua, Venezuela, Bolivia y las orientales como Rusia, China y Corea del Norte, cumpliéndose así una de las más viejas aspiraciones soviéticas que es la de poseer a cambio bases logísticas y militares en España. En nuestra guerra civil ya pidieron Menorca para tener su Gibraltar a lo que no accedió el Gobierno Republicano. Llegados a esa situación habría que ver a los senadores franceses con una base de misiles instalada en el peaje de la A.P-7 de Figueras apuntando hacia sus domicilios. No cobrarían bastante para calzoncillos.

Ese es problema final al que se llegaría con una Cataluña independiente, a la que se abandonaría con dos centrales nucleares, una fábrica de vehículos, un puerto, un aeropuerto transoceánico, unas comunicaciones privilegiadas con AVE y autopista en sus cuatro capitales y un nivel cultural destacado, solo por el gusto de unos cuantos políticos que solo piensan en su situación personal y que lo tienen todo previsto. Mosaltres sols. Ya estaban en tratos para solicitar un préstamo de China de once mil millones de euros para empezar y naturalmente otros tantos de Moscú, a cambio de su apoyo y amistad, que naturalmente exigiría una deriva de su estilo de gobierno hacia el sistema dictatorial más refinado,

Ahora que eso sí, España sería un avispero, con una base naval inglesa, potenciada en Gibraltar, tres bases americanas, en Rota, Madrid y Zaragoza, una base aeronaval soviética en Cataluña y el mando de la OTAN en Bétera. Como para dedicarse a hacer bonolotos.

A cambio, menuda vida se iban a pegar los líderes orientales y sus familias en la Costa Brava. Y naturalmente los políticos catalanistas en la versión sovietizante de sus mandatos, que eso es la segunda parte de su programa. Así que cuidadito señores senadores franceses que la cosa es mucho más seria de lo que parece a primera vista. Europa a tiro de piedra y por la espalda en manos de nuestros competidores. Eso es lo que está en riesgo y lo que tienen que analizar los políticos franceses, que su seguridad y la de Europa, igual que la de España, no es cosa para opinar a tontas y a locas como han hecho Mr. Gattolin y secuaces. Lo que se llama un grupo de entrometidos ignorantes.