Preocupada ando por si tengo desajustado el sentido del humor necesario para pillar los chistes del programa de los viernes por la noche de La 1. Dirigido por José Mota y Javier G. Vicuña, responsable del «Vaya Semanita» de ETB, lo vi el primer día y me espantó. Típicos sketches de temas que no tienen nada que ver entre sí con risas enlatadas, introducidos por Santiago Segura como supuestas noticias desde una mesa de informativos. En la primera de las ocurrencias, la Iniciativa Fecundadores: para paliar la baja natalidad, el Gobierno contrata a Julio Iglesias, Bertín Osborne, José Coronado y Kiko Rivera como sementales para que fueran embarazando a las mujeres por ahí.

¿Dónde está la gracia?

Este viernes pasado, reincidí y me gustó la presentación: «Tiene mucho mérito estar ahí con la competencia que hay». También las camisetas de Coco, el monstruo de las galletas, que llevaban dos de los actores. Para empezar, en una redada, unos policías patean a un detenido y al acabar de golpearle, le incorporan para hacerle una encuesta sobre su nivel de satisfacción con la paliza. Una azafata no se sabe las instrucciones del chaleco salvavidas y los pasajeros Josep Pedrerol y Eduardo Inda se meten con ella y acaban expulsados del avión. Un agente inmobiliario intenta vender un contenedor como vivienda coqueta y céntrica. Podría seguir pero no pude continuar escuchando al siguiente, el coach de la cincha, que resulta ser un «personaje recurrente» - si esto fuera un wasap, aquí irían varias caritas que imitan a la que grita de Munch.

Al parecer, confirman las sagradas cuentas de los audímetros, hizo reír a un millón de personas. Sin alcanzar el diez por ciento de cuota de pantalla por poco, con el que se estrenó hace un mes, luce más de dos puntos por encima del promedio de La 1 los viernes por la noche. Ese es otro cantar. ¿Alguien recuerda qué hacían antes a esas horas en la tele pública? Otra noche irrelevante.

Con estos datos, se encuentra en el terreno del rendimiento aceptable, sobre todo en verano. De hecho, por alguno de los contenidos de las bromas, como la negociación por los presupuestos entre Pedro Sánchez y Quim Torra, estaba preparado para ser emitido hace meses. Alguien debió pensar que era más digerible en el tórrido agosto. Solo quedan dos.