Síguenos en redes sociales:

La actualidad de Julio González

En este año 2019 en el que estamos celebrando el treinta aniversario del IVAM no podíamos dejar de lado al artista que ha marcado desde el inicio su andadura, hasta el punto que, debido a su importancia, el mismo Instituto Valenciano de Arte Moderno lleva el nombre de Centro Julio González. A finales de la década de los años ochenta del siglo pasado la persona responsable de llevar a buen puerto la creación del museo valenciano (el historiador y crítico de arte Tomàs Llorens) entendió, con excelente criterio, que era necesario dotarlo de una sólida personalidad. Para ello, entre otras muchas cuestiones, era necesario encontrar no sólo líneas de creación artística, como el Pop Art, que estuvieran sólidamente representadas, sino también vertebrar el museo en torno a figuras artísticas fundamentales del siglo XX.

En este sentido y para conseguir que el proyecto del IVAM fuese relevante en el campo de la Modernidad, se planteó la adquisición, en el año 1986, de un lote muy significativo de obras de Julio González (Barcelona, 1876-París, 1942) al hermano de éste, Joan, y a la hija del artista, Roberta González, lo cual determinaría uno de los núcleos centrales de la incipiente colección que, en aquellos años, empezaba a vertebrarse. Gracias a acciones como aquella, hoy en día el IVAM cuenta con una colección formada por casi cuatrocientas obras (entre esculturas, dibujos, pinturas o piezas de orfebrería), la cual está considerada como la más completa de las que existen en todo el mundo sobre Julio González. Un artista que, gracias a ser abanderado de la creación de lenguajes especialmente audaces para su época, ha marcado significativamente el desarrollo de la escultura del siglo XX.

Y lo hizo, en las primeras décadas del siglo pasado, mediante la creación de una obra artística basada fundamentalmente en la utilización del hierro, en su manera de soldar las diferentes partes de las obras, en el modo de introducir el vacío como un elemento escultórico más, en la sutiliza de poder dibujar en el espacio creando piezas de una gran elegancia y esbeltez o en la capacidad de dotar a la materia escultórica de una ductilidad escasas veces contemplada. Así, gracias a la conjunción de todos esos diversos elementos y a caballo entre dos maneras expresivas que pueden entenderse como alejadas o, más bien, complementarias (por un lado, una contundente gestualidad expresiva y, por otro, un sólido deseo analítico de investigación de los propios lenguajes artísticos) se entiende que Julio González continua siendo un artista a estudiar y a descubrir.

Tal vez las nuevas generaciones de estudiantes de Bellas Artes y jóvenes artistas no conozcan suficientemente bien la labor desarrollada por el artista desde finales del siglo XIX hasta las postrimerías de los años treinta del siglo XX. Por este motivo el IVAM desarrolla una labor constante de exhibición de su obra, una labor que en nuestro treinta aniversario adquiere una especial relevancia con dos acontecimientos altamente significativos.

El primero de ellos es la exposición inaugurada el pasado mes de abril titulada Materia, espacio y tiempo. Julio González y las vanguardias. En esta magnífica muestra el objetivo central es doble: por un lado, evidenciar cómo su obra estaba situada en el centro del debate de las vanguardias centroeuropeas de su época. No se pueden llegar a entender aquellas décadas vertiginosas de cambio y creación sin tener muy en cuenta la obra escultórica de J. González; por otro lado, y como consecuencia del primero, relacionar sus creaciones y dotarlas de una amplia perspectiva para poder entenderlas en toda su riqueza plástica. Por ello se insiste en la contextualización al ponerlas junto con los movimientos de vanguardia de aquellos años (por ejemplo Cercle et Carré) y/o con artistas altamente representativos como Jean Helion, Joaquín Torres García o Kurt Schwitters, entre otros. Al tiempo se le da una visión desprejuiciada, alejada de posiciones unívocas, señalando líneas creativas que pudieran parecer contradictorias como la figura más abstracta de La mujer ante el espejo frente a una obra aparentemente más clásica y figurativa como La Montserrat del Pabellón de la República Española en París. Sin embargo al contemplarlas conjuntamente las entendemos como dos líneas convergentes que nos explicitan la riqueza formal y conceptual de Julio González.

El segundo acontecimiento es las Jornadas de Estudio que el IVAM organiza los próximos días 20 y 21 de Septiembre acerca del legado del propio artista. Son dos días en los que muy diferentes voces, de procedencia geográfica y cultural diferente, analizarán las principales aportaciones de Julio González a la escultura del siglo XX. Desde estudiosas como Brigitte Leal (Directora adjunta de las colecciones del Centre Georges Pompidou de París) o Mª Dolores Jiménez Blanco (Profesora de la Universidad Complutense de Madrid) a artistas contemporáneos como David Bestué o el ex-director del IVAM y del Reina Sofía Tomàs Llorens. Todas ellas figuras destacadas en sus diferentes campos y que nos van a presentar un creador plural y poliédrico, con muy diferentes e interesantes aristas.

El IVAM, como museo público, tiene un gran papel como instigador y promotor de la investigación artística y cultural, especialmente en el arco cronológico en el cual interviene. En este sentido, la responsabilidad sobre el análisis y el estudio de lo que son los ejes vertebradores de la propia colección todavía hace esta tarea mucho más necesaria. Nuestro trigésimo aniversario no podía pasar sin incidir, de un modo evidente, en este campo al que a menudo no se le confiere la importancia que merece. El IVAM está realmente comprometido con esta tarea: en abril fue la exposición mencionada, en septiembre las jornadas anunciadas y esperemos que muy pronto podamos poner en marcha un proyecto deseado y soñado desde que fui nombrado Director del IVAM: la creación de unas becas de estudio acerca de la obra de Julio González y su relación con las vanguardias del siglo XX. Con estos actos pretendemos evidenciar la clara actualidad y la vigencia que mantiene la obra de Julio González.

Pulsa para ver más contenido para ti