Es preciso pensar que la mala educación es una carga difícil de llevar. Junto a lo cotidiano, nuestras carencias, nos arrojan contra lo que tiene remedio y contra lo que no lo tiene. Hay obviedades que son distancia y en múltiples ocasiones embargan lo hecho para durar. Qué de lazos se destruyen por la mala educación...

Es importante darse cuenta que muchas irritaciones perennes son la sustitución de un buen pensamiento. Sin embargo, junto a lo pensado, no siempre está lo apacible de la acción. Junto a nosotros está la parte animal: la misma que brama sin fuerza con la necesidad de imponerse. Muchas veces, junto a lo aparente, está la pedantería putrefacta, que pone al descubierto lo que, por lo visto, esta en vigor. Qué de personas son el patetismo rimado con el disfraz.

Hace pocos días, junto a las tardías horas de la noche, me encontré una situación poco potable. Un grupo de varones (muy bien vestidos) iban caminando por la calle, sí, junto a la apatía que busca ser camorra y no lo consigue; de su boca salía de todo: esputos, eructos y hasta la raba de calamar. A decir verdad, con semejantes formas, rápido me di cuenta que eran unos maleducados.

Pero "lo mejor" estaba por llegar... Junto al patetismo, ya saben, vive la sorpresa. Al poco rato, pasaron dos chicas (y los de marras) igual que perros fueron al "hueso". Francamente, creo que no merece la pena reproducir las cosas qué dijeron; aunque ya saben, muchos primitivos y enanos mentales, creen que pueden llamar "puta" a una mujer por la forma de vestir. Los animales de los que hablo, ignorando la educación, el respeto y las formas, me demostraron que desafortunadamente en nuestra sociedad, muchos hombres están impregnados de machismo. Las mujeres ni somos, ni seremos, la dictadura escondida en el patriarcado, y por supuesto, nos vestimos como nos sale de las narices. Faltaría más...

Empapada de asco, lanzo una pregunta: ¿los hombres qué ignoran el respeto a una mujer, son hombres o son bestias?