Es ahora cuando brota toda la pobreza, la presente, la crónica, la nueva. Se nos incrusta en

nuestras retinas y vemos toda la desigualdad provocada por la precariedad en todos sus

sentidos. Que nada será como antes es un hecho que hemos de asimilar, que será para

mejor es algo que tendremos que trabajar. Es ahora cuando vemos la fragilidad de nuestra

sociedad, es ahora cuando la vulnerabilidad nos ronda, todas y todos tenemos alrededor,

cerca y lejos, personas que han perdido su empleo, que han sufrido un ERTE, que han

tenido que cerrar su empresa temporalmente con la duda de si podrán reabrirla, que es

empleada de hogar y no cotiza a la Seguridad Social, así que si deja de ir a limpiar€ no

cobra, luego si no cobra, no come y€ no pagará las facturas.

Y así, definitivamente ha fracasado el sistema económico neoliberal e individualista , de nada sirve el "sálvese

quien pueda" porque sin el Estado social y democrático, al servicio del pueblo, sin la

comunidad, sin el espíritu colectivo de ayuda mutua, sin empatía no podremos sobrevivir.

Es ahora cuando vemos todos y todas, y no solamente algunos, como se ha debilitado

nuestra sanidad pública con las continuas privatizaciones padecidas en la última

década , tal y como nos cuenta Rosa Medel, diputada y portavoz de sanidad en el

Congreso, en un hilo de Twitter que se hizo viral hace unos días: "Se puede aumentar el

gasto sanitario y desmantelar la sanidad pública a la vez. ¿Cómo es posible? Se dedica los

recursos públicos a impulsar un negocio redondo: la SANIDAD PRIVADA. Clientela fija

asegurada (pacientes), dinero público asegurado y todo un mercado por explorar.

Capitalismo de amiguetes pero a costa de la salud de todos, y pagado por todos".

Se entenderá ahora porqué queremos y exigimos la reversión pública de nuestros hospitales,

esta emergencia sanitaria nos ha abierto los ojos : sin lo público, sin la intervención del

Estado, sin la gente, sin la comunidad€ el mundo se muere paulatinamente. Solo quedaría

el 1% de los ricos y su dinero, ese dinero que no se come, que no se abraza, que no

cundirá si seguimos cargándonos a la Madre Tierra. Solo el pueblo salva al pueblo.

Mientras pasan los días y vemos cómo la maldad, porque existe y está presente en todas

partes, en cada esquina, en cada móvil, en cada medio de comunicación, en cada red

social€ descarga su artillería en forma de bulos, para debilitarnos y desgastarnos, para

deprimirnos y que no nos levantemos. Anda la ultra ultraderecha rabiosa, en sus intentos

por echar al gobierno progresista de España, afirmando que no entiende de virus, ni

muertes, ni padecimientos, la derecha descargando toda su rabia en forma de BULOS.

Pero olvida que nuestro país es resistente, que nuestra gente no se va a rendir, ni tolerará

un nueva crisis como la de 2008. Esta vez la crisis no puede recaer sobre las espaldas de la

gente humilde, y Alemania lo sabe, y Merkel lo sabe. Lo cuenta Juan Torres en " Alemania

no aprende de su historia ". De verdad: NO APRENDE ni Europa.

Las recetas de austeridad y de adelgazamiento de los servicios públicos ya no nos

sirven , no nos servirán nunca más. Ni los propios liberales se atreven a defender estas

recetas en el contexto actual. En cada momento de dificultad es el pueblo quien ha salido

adelante, llegando allá donde no han llegado los servicios públicos recortados y

abandonados durante décadas. Es la solidaridad entre vecinas y vecinos la que está

ayudando a personas mayores y/o vulnerables para hacer las compras en plena pandemia;

son las costureras las que están cosiendo mascarillas para poder llegar allá donde no

estamos llegando como Estado. Son esos millones de españoles que salen todos los días a

sus ventanas a dar aliento a los héroes y heroínas de nuestro país: los que con su trabajo

diario están sacándonos adelante a todas (personal sanitario, cajeras de supermercado,

costureras, barrenderos, transportistas, pequeños comercios de alimentación€). La gente

corriente, siempre, en los momento más difíciles, nos ayudamos unas a otras, en gestos de

amor a la vida y de apoyo mutuo. El hombre no es un lobo para el hombre. Es la

cooperación y el apoyo entre humanos, y no la competitividad, lo que nos ha hecho avanzar

como especie y lo que nos constituye como civilización.

Si algo bueno nos puede dejar esta crisis sanitaria (que también es social y económica) son

unas cuantas lecciones que debemos aprender y abordar como sociedad, como pueblo:

necesitamos un país capaz de sostener la vida sin depender de esos mercados que no

entienden de cuidar la vida . Y de esta lección, tenemos retos importantes de futuro:

necesitamos repensar el concepto de trabajo socialmente necesario, necesitamos

preguntarnos como país ¿cuáles son esos trabajos necesarios para sostener la vida? y si

somos capaces de autoabastecernos y de producir en nuestro país lo necesario para cuidar

la vida de todas y todos en condiciones dignas. Esta crisis sanitaria (y su consecuencia

social y económica) conecta irremediablemente con la madre de las crisis: la de los

cuidados. Quién cuida, cómo lo hace, en qué condiciones sostenemos la vida . Los

feminismos llevan advirtiendo de esto mucho tiempo: hay que poner el cuidado de la vida en

el centro de las políticas y del sistema económico. Y ello implica, hoy más que nunca, dos

tareas fundamentales que tenemos como país: la protección y fortalecimiento de los

servicios públicos (porque es a través de ellos con lo que las instituciones pueden estar al

servicio del pueblo y del cuidado de todas las vidas) y, en segundo lugar, repensar de

fondo nuestro modelo social y económico para que seamos capaces de hacer y producir

todo lo necesario para la sostenibilidad de la vida. Y es ahora, más que nunca, en esta

crisis, cuando se ha puesto de relieve la vulnerabilidad y la fragilidad de la vida y que somos

seres inter y eco dependientes. La vida que no se cuida, muere. Y la vida no se cuida sola

ni hay mano invisible y altruista en el mercado que lo haga, sino manos de mujeres y del

conjunto de trabajadores . Los servicios públicos son, a fin de cuentas, con lo que

contamos como sociedad para que todas nuestras vidas valgan lo mismo y puedan ser

cuidadas.

Y aquí nos tendrá en común, luchando por cada "fragmento" de nuestros servicios públicos,

para tener un Estado al servicio del pueblo y de la vida. Como dice Rafa Mayoral "De esto

no nos va a sacar el Estado, ni el Gobierno, d e esto nos va a sacar el pueblo y las

instituciones tienen que estar a su servicio ." Saldremos de esta. Cuidaros, porque

estamos y somos muy FUERTES.