Las acciones humanas están alterando a toda velocidad la parte viva del planeta, conformando "un cambio biológico global muy tangible". Esta es una de las principales conclusiones de un trabajo, con participación de científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en el que se analiza ampliamente la biodiversidad y algunas de sus amenazas, como el cambio climático, las invasiones biológicas, la pérdida de especies, la fragmentación del hábitat y la sobreexplotación de los recursos. Los que publican su estudio en la revista Web Ecology, reclaman medidas urgentes para abordar el cambio biológico a gran escala y proteger las interacciones entre especies (redes tróficas) que sustentan la vida en la Tierra, "bajo el riesgo de empujar ecosistemas enteros fuera de sus zonas seguras".

"Hemos recopilado las evidencias que demuestran que la mayoría de los motores del cambio global, como el aumento de la temperatura, las invasiones biológicas, la pérdida de biodiversidad, la fragmentación del hábitat y la sobreexplotación de los recursos, tienden a simplificar las redes tróficas al concentrar el flujo de energía a lo largo de menos vías, lo que amenaza, no solo a especies individuales, sino también a la persistencia de la comunidad a largo plazo", detalla Anna Traveset, investigadora del CSIC en el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (centro mixto del CSIC y la Universitat de les Illes Balears) y una de las autoras del estudio.

Hace 25 años, un grupo de 1.700 científicos advirtió de la importancia de proteger lo que llamaron la "red de vida interdependiente". Estos autores temían que la humanidad estuviese presionando a los ecosistemas más allá de sus capacidades de sustentar las redes vitales y describieron cómo nos estábamos aproximando a muchos de los límites de lo que la biosfera podía tolerar sin daños sustanciales e irreversibles. En 2017, una segunda advertencia firmada por más de 15.000 científicos de 187 países destacaba la necesidad de "evitar la miseria generalizada y la pérdida catastrófica de biodiversidad". Para ello, la humanidad debe poner en práctica "una alternativa más sostenible para el medio ambiente que centrarse, como suele hacer, en los negocios".