Desde que se declarara la alarma sanitaria en una remota provincia china de 60 millones de habitantes hasta ahora y merced a lo largo de los días de confinamiento, parece que ha transcurrido un largo tiempo, que sin embargo solo se cuenta por días.

Durante ese tiempo hemos visto morir a miles de personas queridas y contagiarse a cientos de miles, llegando a tener que confinar a millones para contener ese hecho inesperado de una pandemia que parece no tener fin.

Lo primero que hemos aprendido de esta situación es que la humanidad es mucho más frágil que lo que pensamos y que necesitamos mejores mecanismos de gobernanza global para hacer frente a este tipo de situaciones. Estábamos acostumbrados por el cine a ver que cuando teníamos un problema global, el presidente de Estados Unidos se ponía al frente de una coalición global para abordarlo. Ahora sabemos que la mejor solución es multilateral.

No sé si lo hemos aprendido todavía, pero lo aprenderemos, que todas las soluciones que creemos saber hay que abordarlas con mucha modestia y saber reconocer los errores para solucionarlos con rapidez y contar mucho con los expertos que llevan años trabajando en buscar las mejores soluciones, rechazando a todos los que cada día exigen a los demás para huir de su propia responsabilidad. Porque para esta solución nos necesitamos todos.

El gobierno ha de coordinar las actuaciones porque es el legitimado para ello, pero se necesita también a la oposición, porque hay que evitar a toda costa la división de la sociedad. Necesitamos unidad para afrontar la situación. Necesitamos a las Comunidades Autónomas que gestionan sanidad y servicios sociales y necesitamos a los ayuntamientos. Todos ellos son fundamentales para evitar que nadie quede desatendido en esta crisis y para poner en marcha la recuperación.

Sabemos también ahora las consecuencias de la deslocalización. Es evidente que dejar que China fuera la fábrica del mundo ha abaratado muchos productos para el consumidor, pero también que eso nos obligaría a tener inmensos almacenes de productos en stock para no sufrir desabastecimiento como el que se ha producido y que ha aumentado el riesgo de los profesionales y de la población.

Por fortuna y en lo tocante a la alimentación y distribución hemos podido comprobar que tenemos grandes profesionales en nuestros agricultores y una muy buena distribución, con Mercadona como garante de la misma a nivel nacional y a otro nivel y con una fórmula menos convencional (es una cooperativa) Consum o el resto de los supermercados urbanos y grandes superficies, así como el pequeño comercio, han demostrado claramente que podían con la situación, con unos empleados que son su mejor capital.

¿Cómo abordamos el futuro? El gobierno ha hecho lo que tenía que hacer con el confinamiento e incluso en este cese de actividades no fundamentales ha procurado aprovechar la semana santa para dañar lo menos posible la actividad productiva, al tiempo que procuraba salvar vidas, y la Generalitat está pasando la prueba con nota, teniendo en cuenta que en esta situación no se puede quedar bien. Como la oposición de aquí que también está cumpliendo su papel con mucha discreción.

Ahora se discute sobre si tenemos que aplicar un plan Marshall europeo para recuperar la actividad económica y relanzar la economía. Dicho plan lo aplicaron los Estados Unidos a una Europa devastada por la guerra con millones de muertos, endeudada con los americanos, que habían sido los grandes proveedores de los aliados y con las grandes infraestructuras y el aparato productivo de los países muy destruido, por cierto, que España se quedó fuera.

Ahora el sistema productivo y las infraestructuras no están muy dañadas y para ponerlas en marcha rápidamente y alcanzar la recuperación solo necesitamos liquidez y contar con todos y el instrumento se llama Unión Europea. Después de una duda inicial, el Banco Central Europeo no ha cometido el error de la anterior crisis financiera cuando tardó cinco años en reaccionar, se ha puesto en marcha rápidamente. Pero necesitamos que la Unión y sobre todo los socios europeos, se comprometan más en ese proyecto de solidaridad y valores compartidos que supone la Unión Europea y que es una experiencia única en el mundo.

Liquidez para poner en marcha rápidamente la economía, busquen la solución porque está en juego el proyecto y el liderazgo. Esta ha sido una pandemia que se ha extendido en primer lugar por los países más desarrollados y los demás verán el ejemplo que damos. No los podemos defraudar.

En cuanto al personal sanitario, para mí no ha sido una sorpresa siempre han dado su mejor nivel. Y recuerden que, si la tienen, la mascarilla puede que no proteja totalmente pero ayuda a proteger a los demás.