Hace tan solo unos meses, la mayoría de empresas tanto nacionales como internacionales, tenían la digitalización como una tarea en el horizonte, algunas a medio, otras a largo plazo, y muy pocas con los primeros pasos ya implantados. Todas decían aquello de, «somos innovadores», «estamos trabajando para optimizar a través de la innovación», pero en la mayoría se trataba de procesos enquistados, poco llamativos y más una herramienta de branding que una implementación real.

Pero de repente, y en mitad del mes de marzo, ¡bingo! Llegó la Covid 19 y el estado de alarma. A partir de ese momento, todos asumimos al instante conceptos como confinamiento y teletrabajo; y nos gustase o no, fuera positivo o negativo para nuestra estrategia empresarial, se habían convertido en una imposición.

Como consecuencia de ello, se produce una digitalización forzada para todos y a todos los niveles de empleo, que había que activar de inmediato y sin fecha de vuelta. Es por ello que esta digitalización, aunque forzada, ha llegado súbitamente a nuestras vidas y nunca más volveremos a vivir en un entorno en el que no esté presente.

Por eso, ahora el reto es aplicarla correctamente, mejorarla y que forme parte de nosotros como una herramienta más de nuestro día a día.

En nuestro caso, como venture capital, en este sentido nos encontramos en una situación de privilegio, ya que nuestro trabajo está pegado a todas esas startups que nos presentaban multitud de opciones de digitalización desde hace tiempo, y que ahora están viviendo un repunte de su actividad que también es necesario gestionar hábilmente. Hemos invertido durante años en herramientas y plataformas digitales que mejoran el trabajo en remoto y la productividad en las empresas. Hasta ahora teníamos un crecimiento constante en las ventas. Ahora, todas ellas están recibiendo un empujón, recogiendo los frutos del trabajo bien hecho.

Como sociedad, se viene hablando durante años en España de la necesidad del cambio estructural, de virar de una sociedad de hostelería y servicios a una sociedad del conocimiento. No hemos hecho suficientemente los deberes, y ahora lo vamos a pagar caro. El FMI habla de un recorte del 8% del PIB, uno de los mayores de la historia y uno de los mayores a nivel mundial, solo por detrás de Italia. Todo ello por nuestra fuerte exposición al turismo y hostelería. Señores, la Covid19 nos ha golpeado con realidad, hay que hacer los deberes, hay que invertir en herramientas digitales y tecnología.

Nuestra buena posición dentro de esta batalla nos permite seguir indagando para encontrar el germen de las próximas startups punteras. Somos de los que creemos que este tipo de crisis son un catalizador perfecto que dejará aflorar a medio plazo grandes proyectos que revolucionarán nuestra sociedad. Nuestra misión es estar ahí, seguir invirtiendo y no perder la pista de todo lo que sucede en nuestro ecosistema emprendedor.

Como decía, el proceso ya se ha iniciado, la locomotora ha comenzado a andar y tiene carbón para muchos kilómetros. Es tu turno, ¿te subes?