La suma de los 50 municipios comprendidos entre las cuatro escuadras logísticas de Almussafes, València, Sagunto y Riba-roja, puntos que delimitan el área industrial metropolitana de València, constituye un entorno productivo con una importante tradición industrial y un sistema de transporte cuatrimodal (ferrocarril, carretera, puerto, aeropuerto) reconocido por la UE como punto nodal del Corredor Mediterráneo, capacitado para prestar un servicio eficiente a cualquier operador industrial con independencia de su sector de actividad. Además dispone de un sólido sistema educativo y de innovación capaz de canalizar importantes aportaciones en materia de investigación, tecnología y recursos humanos. Esto es: un entorno de super-resiliencia.

La incertidumbres que se ciernen sobre múltiples actividades del sector servicios contrastan con la fortaleza de la manufactura y la logística como continuidades esenciales de nuestra economía. Los territorios que sepan canalizar esta basculación de la economía serán los vencedores del replanteamiento que nos impone la lucha contra la pandemia.

El mismo proceso de adaptación en tiempo real protagonizado por la industria para satisfacer las necesidades inmediatas de bienes de extremada urgencia, puede hacerse pivotar hacia la satisfacción de la exportación y la demanda en un contexto de mercado mucho más amplio. El potencial industrial de estos 50 municipios metropolitanos y sus más de 140 áreas industriales brilla con luz propia, aportando la esperanza de una reconstrucción basada en la versatilidad de nuestro tejido industrial, manteniendo viva la promesa de un territorio exportador con capacidad de compensar las pérdidas que lamentablemente sufrirán otros órganos vitales de nuestra economía.

En España y el resto del mundo la demanda de productos industriales se ha mantenido de forma constante, repuntando además con fuerza para todos los bienes relacionados con la vida doméstica (en particular productos de alimentación) y con la contención de la pandemia (instrumental médico, equipos de protección individual, productos químicos desinfectantes, medios físicos de separación, dispositivos de diagnóstico, medicamentos...).

La inversión empresarial se prepara para entrar en un periodo de desarrollo industrial enfocado hacia las oportunidades nacidas de esta nueva situación. Nuestro sistema metropolitano representa un tablero idóneo para la captación y para la puesta en marcha de nuevos proyectos empresariales de inversión industrial, siendo una de las mejores pistas de aterrizaje disponibles que podríamos imaginar para la implementación del modelo económico que se perfila en este escenario de reconstrucción.

De unos años a esta parte se había venido fraguando una visión metropolitana centrada específicamente en el desarrollo de su dimensión industrial y productiva. En 2018 la Ley Valenciana de Áreas Industriales ya introducía de forma expresa la necesidad de concertar las estrategias de desarrollo industrial desde la visión supramunicipal de las escalas metropolitanas. Del lado de la iniciativa privada, en febrero de 2019 Gobernanza Industrial presentó en Lanzadera, con la colaboración de Levante-EMV, el proyecto Metrópolis Digital, un mapa industrial del área metropolitana de Valencia a gran escala que hoy conforma un sistema de información geoespacial plenamente digital y tridimensionalizado.

En abril de 2019 la Generalitat Valenciana organizaba en el Castell d'Alaquàs la Primera Conferencia Industrial del Área Metropolitana,

estableciéndose mediante una metodología participativa e innovadora unas conclusiones bastante contundentes a partir de 55 ponencias, que expresaban la opinión cualificada de los principales operadores empresariales, institucionales, logísticos y tecnológicos respecto al gran potencial a desarrolar dentro de nuestro particular cluster metropolitano. Dentro de este proceso de aparición de la conciencia metropolitana también demandarían una mención especial las dos ediciones (2018 y 2020 respectivamente) del Foro Logístico de Riba-roja. El proceso metropolitano coincide además con el auge de las tecnologías geoespaciales, la representación 3D, la realidad aumentada, la realidad virtual, el big data o el internet de las cosas, como técnicas para una planificación mucho más precisa y eficiente de la inversión industrial.

La respuesta frente a esta situación de emergencia económica y social mediante una especialización inteligente y la atracción de nuevas inversiones industriales a los polígonos del área metropolitana podria abordarse de dos maneras. Cada uno de los 50 municipios podría emprender una estrategia individual de promoción comercial de sus áreas industriales por separado, generando así 50 visibilidades caóticas e insignificantes, multiplicando por 50 los costes de las iniciativas y dividiendo la eficacia de las mismas por idéntico número. En cambio, la alternativa de emprender conjuntamente una iniciativa metropolitana de captación de nuevos proyectos industriales permitiría posicionar una visión territorial mucho más congruente y atractiva para la inversión, crear un catálogo de disponibilidades con masa crítica e interés suficiente, unificar unas mismas herramientas electrónicas con autoridad en los tráficos digitales y en la estadística de los buscadores. La aplicación de una misma visión estratégica enfocada al desarrollo industrial del Área Metropolitana de Valencia (su especialización inteligente; el diseño de su circularidad; un posicionamiento comercial coordinado; una política integrada de captación, recepción y distribución de inversiones; una visión integrada de ocupación de suelos industriales; una visión unitaria de business intelligence), es una de las vías más factibles para la puesta en práctica de una estrategia de reconstrucción económica basada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Necesitamos desencadenar las estrategias de colaboración institucional y público-privada necesarias para hacer fructificar los beneficios de una cosmovision industrial metropolitana. Es probable que esta vez no tengamos muchas otras alternativas.