En esa absurda pugna entre comunidades en la que se ha entrado por ver quien pasa a la fase 1, olvidamos el número de muertes y contagios que todavía sigue produciendo el coronavirus. La pandemia está aún lejos de estar controlada.

El president de la Generalitat Ximo Puig se ha sentido molesto porque la Comunidad Valenciana continúa en la fase 0 habiendo cumplido, según él, los criterios técnicos exigidos para pasar de fase, digo yo que ello obedecerá a razones sanitarias, por ejemplo, al número de test realizados o a la capacidad de las UCI para atender nuevos casos.

Si la Comunidad Valenciana no ha pasado a la fase 1 es porque las personas encargadas de dictaminar quiénes cumplen los requisitos y quiénes no, han considerado que tanto Valencia, Alicante como Castellón, no las cumplen. La decisión puede demorarse unos días, como apuntaba Fernando Simón.

También el presidente de Castilla La Mancha Emiliano García Page parece enojado por la decisión del Gobierno. Y cito estos dos casos donde gobierna el PSOE para que no se pueda acusar al Gobierno de favoritismo.

Las prisas no son buenas consejeras. Hemos visto como en otros países donde se han relajado las medidas de confinamiento como Seúl han tenido que dar marcha atrás y volver a las restricciones previas a la crisis sanitaria. También en Alemania donde se habían relajado las medidas ha aumentado el número de contagios. Por tanto, hay que seguir siendo muy prudentes. El paso de una fase a otra debe contar con todas las garantías. Y para ello existe un comité de expertos que es quien dictamina y quien lo decide. Y esos criterios no podemos estar continuamente poniéndolos en duda.

No hay ninguna razón política, como se empeñan en ver algunos, en las medidas que toma el comité de expertos sino únicamente sanitarias para decidir qué comunidades cumplen con los requisitos y cuáles no y en función de esos parámetros se decide el paso de una fase a otra. Y así debe ser.