Hace un rato leía en la prensa que este verano hará falta llevar mascarilla y guantes para poder acceder a la Cova Tallada (que forma parte del Parque Natural del Montgó), en el término de Xàbia, y al Peñón de Ifach, en Calp, uno de los emblemas de la Costa Blanca. Esto me causa sensaciones encontradas. Por un lado, me alegra porque significa que estamos a las puertas de lo que se está llamado como «nueva normalidad», porque no hay que olvidar que el SARS-CoV-2 sigue estando entre nosotros.

También es positivo desde el punto de vista económico, ya que el turismo es la principal fuente de ingresos para muchos municipios, y ahora más que nunca son necesarios para mitigar el efecto de la crisis económica que está provocando el nuevo coronavirus. Por otro lado, me causa preocupación y rechazo. En las primeras semanas de la desescalada hemos visto mascarillas, guantes, restos de botellones y residuos de cualquier tipo en el monte, en los ríos y playas, y en las ciudades. Y eso sin movilidad interprovincial y sin turistas. ¿Se imaginan lo que podría pasar en entornos naturales de reducido tamaño y masificados? Además, en barandillas y otros objetos muy próximos al mar, con salinidad, radiación, humedad y temperaturas muy elevadas es muy complicado que el virus pueda mantenerse activo. Además, si todavía no nos hemos aprendido las normas de higiene y distanciamiento social, es para hacérselo mirar.

Personalmente, para este verano apostaría por una regeneración natural de algunos parajes naturales del litoral español que han recuperado parte de su esplendor gracias al confinamiento, porque ciertamente temo un efecto rebote en lo que respecta a los plásticos.

También es un buen momento de recordar el debate que abrió la borrasca Gloria sobre la conveniencia de mantener y reconstruir algunos paseos marítimos destruidos en varias ocasiones por los temporales de levante, cuyos efectos todavía son muy visibles. Creo que todo lo que ha pasado en los últimos meses nos debe hacer replantear el modelo de turismo y conservación de nuestros espacios naturales costeros.