Los nuevos modelos de movilidad en las ciudades, medianas y grandes, están propiciando un cambio profundo en los desplazamientos urbanos y periurbanos. Una movilidad más sostenible requiere de un transporte público eficaz. La Comisión Europea sostiene que debe convertir las ciudades en motor del crecimiento económico y el empleo. Esta concentración de población asociada a una movilidad más sostenible se ve acelerada por los inconvenientes de los vehículos tradicionales: congestión, emisiones contaminantes, ruido, alto coste y escasos aparcamientos, peajes urbanos, problemas de seguridad vial, etc.

Las restricciones a la circulación por motivos medioambientales y la mayor conciencia en la población han supuesto la aparición e implantación de nuevos modelos de movilidad: vehículos poco contaminantes de alquiler por tiempo reducido y los sistemas de bicicleta pública eléctrica, ya implantados en muchas ciudades, que no exigen una inversión significativa, y no precisan de licencias de circulación (¿) y además, a priori, utilizan las infraestructuras existentes. No obstante, debemos reflexionar, desde la óptica de la seguridad, la coexistencia de masas y velocidades dispares en la misma vía y, por tanto, la necesidad de crear espacios segregados para los distintos tipos de usuarios.

Junto a las bicicletas eléctricas, ha ido apareciendo en las ciudades un conjunto de vehículos de movilidad eléctrica y de pequeño tamaño denominados vehículos de movilidad personal (VMP). Estos son algunos de los nuevos medios de transporte que se ven en las ciudades españolas. Y después de la pandemia esta tendencia se va a acelerar. De resultar un elemento de ocio, pasan a convertirse en la principal forma de transporte de muchos ciudadanos. Son rápidos, cómodos, ligeros y fáciles de guardar, no requieren esfuerzo físico, su coste de adquisición no es elevado, así como sus costes de mantenimiento y utilización. Son ecológicos y existen interesantes opciones de alquiler.

Pero no todo son ventajas. Los segways y patinetes eléctricos son inseguros y peligrosos para ocho de cada diez conductores y peatones (82%), tal y como pone de relieve el informe «Nuevos sistemas de movilidad personal en ciudad y sus problemas asociados a la seguridad vial», elaborado por la Fundación MAPFRE, en colaboración con la Asociación Española de la Carretera (AEC).

El informe -que, analiza la opinión y percepción sobre la existencia de este tipo de vehículos entre más de 500 conductores, peatones y usuarios de VMP- señala la opinión extendida de que los vehículos de movilidad personal «no están exentos de riesgo», revelando un «desconocimiento general» sobre las normas de circulación y pautas de autoprotección y seguridad. Así, el 65% de conductores de vehículos a motor y peatones y el 49% de usuarios de VMP no conocen si existe o no normativa sobre el uso adecuado de estos vehículos.

El pasado 4 de diciembre una «Instrucción transitoria publicada por la DGT» establecía una serie de criterios dirigidos a los usuarios de estos vehículos, ayuntamientos y agentes de la autoridad, hasta que se apruebe la regulación final, en fase de tramitación en este momento.

La Instrucción de la DGT define los VMP en el futuro Reglamento General de Vehículos: «Vehículo de una o más ruedas dotado de una única plaza y propulsado exclusivamente por motores eléctricos, que puede proporcionar una velocidad máxima por diseño comprendida entre los 6 y los 25 km/h».

La nueva norma obliga a los usuarios de estos vehículos a someterse a las pruebas de alcohol y drogas, con sanciones de la misma cuantía económica que si condujeran otro tipo de vehículo, sanciones que recaerán en los padres o tutores legales caso de que el infractor sea menor de edad. Se les prohíbe también hacer uso manual del teléfono móvil mientras conducen, así como utilizar auriculares o transportar a más de una persona en el mismo vehículo.

Asimismo, se prohíbe a los VMP transitar por aceras y zonas peatonales. Por las aceras sólo deben circular personas, incluidas aquellas usuarias de sillas de ruedas, y siempre a velocidad de personas. Como excepciones muy limitadas, podrán circular, y siempre al paso de una persona, otros elementos o vehículos que no supongan ningún incremento de relevante de energía cinética (riesgo), bicis usadas por menores de 12 años y un adulto acompañante, patinetes, etc.

La Dirección General de Tráfico ha adoptado en esta primera regulación algunas de las recomendaciones contenidas en el informe de la Fundación Mapfre y la AEC, si bien hay aspectos que han quedado sin resolver, como la obligatoriedad del uso del casco, remitiendo en este caso a lo que dispongan las correspondientes Ordenanzas Municipales. Esperamos que la modificación en curso del Reglamento General de Circulación contemple medidas que eviten contradicciones y fomenten el uso seguro de los nuevos sistemas de movilidad. Nos van a resultar muy útiles.