Llegó la anhelada conferencia entre Gobierno central y comunidades autónomas (CC AA) sobre la 'vuelta al cole'. Se comunicó el escenario esperado. Pocas novedades: 23+5 medidas y recomendaciones para lograr la máxima presencialidad posible con cierto nivel de seguridad. Para la Comunitat Valenciana, pocas sorpresas, pues sus planes ya se estuvieron acordando con sindicatos y representantes de la comunidad educativa, desde finales de junio y, por ello, en muchos casos los equipos directivos y parte del profesorado han estado julio y agosto realizando las adecuaciones necesarias en sus centros.

En la rueda de prensa destacaron como un logro que tres ministerios se habían coordinado para la reunión. Según dijeron, era la primera vez que trataban juntos un tema como el de la educación en una conferencia de CC AA. No dudamos de su palabra: el Gobierno central 'necesita mejorar' en algo tan fundamental como es la coordinación.

Estamos totalmente de acuerdo con que el escenario más deseable de 'vuelta al cole' es el de máxima presencialidad posible. Sólo desde ella se puede aspirar a las mayores cotas de cumplimiento con el derecho a la educación en la infancia. Pero la realidad, prevista desde hace meses, es de un posible rebrote en otoño. Por desgracia, se ha adelantado al verano y ya somos líderes europeos en contagios. Las cautelas sanitarias propuestas serían igualmente necesarias en un escenario ideal de cero contagios, en el que no estamos. Iniciarlo con la actual curva de pandemia al alza produce incertidumbre a familias y docentes.

Por desgracia, sólo se ha previsto un escenario y con ratios de alumno por profesor poco adecuadas para la situación sanitaria actual. Lo lógico era pensar, al menos, en dos: la peor y la mejor situación sanitaria que puedan darse y graduar escenarios intermedios según la gravedad de la pandemia.

Se ha pensado en el mejor escenario, pero no en el peor: aquel en el que algún territorio deba cerrar alguno o todos sus centros escolares, volviendo a la primavera de confinamiento con la escuela en casa. Es bastante probable que se produzca en otoño. Eso ya ha pasado en algunos centros de otros países como, por ejemplo, Corea del Sur, Alemania o Estados Unidos, entre otros. Es obvio que, cuando haya casos en centros educativos será necesario cerrar aulas y, en algún caso, centros completos.

Si se hubiera previsto esta posibilidad, se podrían haber organizado actividades educativas y medidas de conciliación familiar-laboral que facilitaran la escuela en casa. ¿Por qué no se ha planificado esta alternativa también? Es una alternativa compleja, pero no podemos ganarle la carrera al virus, cuando el virus parece que es bastante más fuerte que nosotros. Hemos de convivir con él.

¿Qué hay que prever para que la escuela en casa sea menos negativa que la vivida en primavera? Se pueden crear unidades de apoyo comarcales o regionales que, mediante atención telefónica o en línea, den soporte a docentes y familias. Construir un gran banco de recursos educativos -presentaciones, vídeos cortos, etc€ y otros medios realizados a propósito para cubrir lagunas- partiendo de los que ya existen dispersos por todo el país elaborados por docentes de diferentes niveles educativos, dejando acceso libre generosamente a través de internet; así como lo que ya han elaborado diferentes administraciones educativas, antes y durante la pandemia, para facilitar recursos de docencia en línea. Se puede unificar un modelo de acción: una única plataforma informática, acompañada por el banco de recursos y cursos de formación breves dirigidos a docentes y familias sobre las tecnologías y las estrategias a utilizar (apoyo en tecnologías, en acompañamiento académico, y en el desarrollo emocional). Adicionalmente, se pueden atender las necesidades de colectivos más vulnerables según sus peculiaridades.

En cuanto a la conciliación familiar-laboral, si se cerrara una escuela, para que los padres puedan atender a los hijos en la escuela en casa, ahora se empieza a escuchar que alguien deberá pensar cómo solucionar la situación laboral. Se necesita un marco acordado entre patronal-sindicatos y Gobierno central para asumir con flexibilidad, fluidez y seguridad para trabajadores y empresas, qué ocurre si los trabajadores han de hacerse cargo de nuevo de la escuela en casa.

Para planificar ese escenario se requiere voluntad y coordinación, dentro de cada ministerio y entre ministerios. Paralelamente, entre diferentes consejerías dentro de cada comunidad autónoma. Al menos, Trabajo, Asuntos Sociales, Economía, Hacienda, Sanidad y Educación, junto con el de relaciones territoriales. Además, es necesario implicar a patronal, sindicatos y representantes de la comunidad educativa. Es importante también contar con la ayuda de muchos colectivos que estén dispuestos a colaborar: grupos de investigación e innovación educativas, centros de formación de profesorado, universidades, asociaciones profesionales€ La situación actual se veía venir. Este trabajo se pudo haber iniciado al menos hace dos meses (o antes, ya que desde abril se viene hablando de un probable otoño complicado). Pero como la coordinación es un lujo y la planificación una ocurrencia y no la práctica habitual en el Gobierno ni entre gobiernos, eso es de nota. Nota que se debe exigir al gobierno más numeroso y fraccionado en la historia de la democracia.

¿Qué pasará si se tiene que cerrar algún centro educativo? Lo de siempre: a improvisar, porque para prever y planificar no estamos.