Nadie se volverá negacionista por escuchar a Miguel Bosé, piensa Jordi Évole. Y seguramente así sea porque alcanzar ese estatus requiere un proceso de cocción más lento y prolongado. Visto el avance, no será la segunda parte de la entrevista un monólogo autocomplaciente del artista. Habrá momentos tensos porque a nadie le gusta que le lancen a la cara sus contradicciones y Bosé acabará reconociendo que no es un profesional del asunto este de la pandemia, por si alguien tiene alguna duda sobre a qué se dedica. Sin embargo, mi madre, tampoco una experta en epidemias pero gran conocedora de lo que se dice en la calle durante sus compras en el mercado y en el súper, cree que sí hay mucha gente que hace caso a estos famosos. Les sirven para confirmar sus creencias. Ya pasó con Victoria Abril cuando la lió en la entrega de los Premios Feroz e inmediatamente fue requerida en «La Sexta Noche» para dar rienda suelta a sus opiniones, muy molesta por las restricciones a «su Libertad». ¡Qué se habrán creído las autoridades para obligarles a llevar mascarilla!

Con este «Lo de Évole» vuelve a plantearse el debate sobre la conveniencia de dar voz a personajes que representan realidades que no nos gustan, pero que están ahí y no van a desaparecer por hacerles el vacío en los medios. Pero de la nada al prime time hay bastante trecho y la existencia de negacionistas en todo el mundo está bien documentada en los informativos. Ha tenido el catalán no pocos invitados polémicos en su día que fueron a hablar de lo suyo. Nada puede reprocharse periodísticamente a esas entrevistas, al contrario, ni a la primera parte del programa en la que se sincera el ‘amante bandido’ que cayó en las drogas por un desamor y perdió la voz por otro. Miguel, hijo de una musa del neorrealismo italiano y de un torero que puso a España en la mapa por ligarse a muchas actrices de Hollywood, no solo a Ava Gardner, y al que Franco llamaba ‘mi niño’. Hoy se presenta a Bosé como una especie de portavoz de los negacionistas, una panda de «cuñados» que se creen más listos que los demás, que no nos enteramos. Ellos están muy informados y al tanto del plan urdido para que no se sepa La Verdad. Todos caerán, políticos, médicos y farmacéuticos, vaticina el cantante. Évole emite la conversación porque está seguro de que refrenda a la ciencia y desmonta la postura del Bosé negacionista sobre la que tengo, tenemos, referencias de sobra y en la que a mí, personalmente, no me interesa profundizar.