Mañana, 14 de noviembre de 2021, se cumplen cien años de la fundación del Partido Comunista de España. Cien años que son imposibles de resumir en un artículo como éste, y tampoco en los cientos de actos que se están celebrando por todo el País Valenciano y toda España a lo largo de estos meses. Y es que han sido millones de historias de hombres y mujeres que a lo largo del último siglo han escrito gloriosas páginas de nuestra historia. Militantes que han dedicado lo mejor de sí mismos, o incluso se han dejado la vida –o se la han arrebatado– por luchar por un país y un mundo mejor; por una sociedad socialista.

Pero en este artículo en el que conmemoramos cien años de lucha en los que recordamos a quienes nos precedieron y a quienes hicieron grande al Partido Comunista de España, quiero hablar sobre todo del futuro. Del futuro que debe forjar la juventud que vive una tragedia que marcará durante años no sólo a esta generación, sino al futuro de España. Una juventud que está soportando más del 40 % de paro, que en más de un 80 % no puede iniciar un proyecto de vida y no puede abandonar la casa de sus padres, una juventud que está sufriendo especialmente la represión de un régimen que responde de manera violenta contra quienes protestan ante una situación cada vez más irrespirable. De un régimen que sigue amparando y protegiendo a los fascistas mientras encarcela a los antifascistas. De un régimen cuyos medios de comunicación elevan a los altares de las tertulias a los personajes más siniestros y oscuros para difundir su mensaje de odio mientras criminaliza y estigmatiza a quienes piden justicia social, ya sean sindicalistas, artistas o jóvenes antifascistas.

En el Comité Central del PCE que se celebró en 1937 con València como capital de la República escribiría el joven comunista Miguel Hernández que «la juventud siempre empuja, la juventud siempre vence, y la salvación de España de su juventud depende». Y tenía razón. Porque al igual que la juventud supo en los momentos más difíciles de la historia de España poner su compromiso al servicio del pueblo y contra sus enemigos, estoy firmemente convencido de que la juventud, en estos tiempos tan difíciles, especialmente para ella, sabrá encontrar los caminos de la victoria.

Y para esa victoria, tan necesaria como entonces, será necesario el Partido Comunista. Un Partido Comunista que esté presente y organizado en todos los ámbitos de la sociedad. Un Partido Comunista que se nutra de todos aquellos que ya están creando conciencia en sus centros de trabajo, luchando por sus compañeros y compañeras en los comités de empresa, que están combatiendo en el barrio los discursos de odio, que combaten con las armas de la palabra, del arte o la cultura por una sociedad distinta. El de todos ellos, estén donde estén, pero que se sientan comunistas, éste es y será siempre su partido. Con nuestros aciertos, y con su ayuda para corregir nuestros errores.