E ste viernes 19 de noviembre se entregan en Valencia los Premios Rei Jaume I en su 33 edición. Desde 1989, y de forma ininterrumpida, se reúnen en la Comunitat Valenciana jurados internacionales que eligen a los mejores entre los mejores. Las personalidades del mundo de la ciencia, y desde hace 11 años también del mundo empresarial, reciben a través de estos galardones el reconocimiento de la sociedad por la excelencia en la tarea que desarrollan en su ámbito profesional, siempre que la mayor parte de ésta se haya realizado en España. No importa que la persona que lo obtenga tenga nacionalidad española, sino que se haya esforzado en trabajar desde España. De todas ellas se extrae un buen ejemplo a imitar como veremos a continuación.

Este año los jurados formados por 21 Premios Nobel junto con otros grandes investigadores españoles y extranjeros destacaron las contribuciones de Licia Verde, astrofísica, investigadora italiana actualmente profesora de Física y Astronomía de la Universitat de Barcelona como profesora ICREA, un programa para la captación de talento internacional de la Generalitat de Cataluña que la Comunitat Valenciana ha tardado 20 años en replicar y poner en marcha con la iniciativa ValER presentada recientemente. La iniciativa, que había sido sugerida desde hace años por el Alto Consejo Consultivo de la Generalitat Valenciana, fue recibida con satisfacción en la última reunión del Pleno y se espera que permita consolidar y atraer talento a las instituciones de la Comunitat Valenciana, inyectando savia nueva en el Sistema de I+D+i de primer nivel científico. La doctora Verde nace en Italia, se forma en los Estados Unidos y vive y trabaja en España. Como la mayoría de científicos va donde la vocación le dicta. Licia estudia la materia oscura que constituye la mayor parte de la masa del universo a partir del cartografiado de las galaxias, conocimiento en estado puro en el campo de la cosmología física. Por ello ha recibido el Premio de Investigación Básica.

En Investigación Médica se premió a Eduard Batlle, también investigador ICREA, especialista en Oncología y director del Laboratorio de Cáncer Colorrectal en el Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona. Fundamentado en la investigación básica sobre las células madre su propósito es identificar los elementos de evasión inmune y metástasis. En este caso se premia un conjunto de descubrimientos que el propio equipo del doctor Batlle ha dirigido a contestar a la pregunta de cómo utilizar dicho conocimiento para encontrar nuevos enfoques terapéuticos que mejoren la vida de los pacientes. Su colaboración con compañías farmacéuticas internacionales con el fin de desarrollar nuevos fármacos constituye un ejemplo más de lo competitiva internacionalmente que es la producción científica hecha en España, y de que es posible exportar conocimiento a otros países incluso a los más avanzados. La trayectoria del premiado constituye un ejemplo de cómo la investigación básica se traslada con el tiempo hacia la aplicación terapéutica y posiblemente se convierte en nuevas soluciones farmacológicas para hacer frente a la enfermedad.

En Economía se premió a Antonio Cabrales, otro ejemplo de investigador de excelencia internacional que inicia su formación en España, la termina en los EEUU, se consolida en una de las mejores instituciones del Reino Unido y decide finalmente regresar a España para continuar su actividad investigadora y docente desde la universidad (pública). Especialista en la economía del comportamiento ha desarrollado contribuciones al diseño de instituciones, a abordar los problemas de la transmisión de información, la economía de la educación y de la salud y es muy activo en la tarea de divulgación y debate de los problemas fundamentales de la sociedad española. El doctor Cabrales es ejemplo de rigor científico y responsabilidad social al compartir y no ocultar su opinión bien informada y ponderada sobre los temas de su especialidad, ejemplo que deberíamos seguir más de cerca en España al abordar y discutir asuntos de importancia. El criterio y la credibilidad debería contar más en la formación de nuestra opinión.

Fernando Valladares inició su investigación científica sobre los impactos de la actividad humana en los ecosistemas terrestres hace treinta años cuando se celebró la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro. El jurado de los Premios Rei Jaume I ha querido premiar su labor en el mismo año en el que se celebra la Cumbre de Glasgow, donde se acaba de analizar estas pasadas semanas el impacto sobre el cambio climático. El doctor Valladares es un ejemplo de investigador excelente, que fomenta y contagia el entusiasmo por la formación, la comunicación y la acción en defensa de los principales problemas a los que se enfrenta el planeta en materia de pérdida de biodiversidad y cambio climático. Los jóvenes deberían inspirarse en su trayectoria para plantar, regar y cultivar una vocación científica que se inicia muy pronto, en la escuela, preguntándose y preguntando el porqué de las cosas.

Nuria Oliver fue galardonada con el Premio a las Nuevas Tecnologías en reconocimiento a su trayectoria en Inteligencia Artificial, un avance tecnológico llamado a revolucionar no solo los sistemas productivos sino también las vidas de los ciudadanos. Entre sus numerosos méritos, además de los académicos, figura ser cofundadora de la Fundación ELLIS (Laboratorio Europeo de Aprendizaje y Sistemas Inteligentes) y presidir la Comisión para la Presidencia de la GV sobre Estrategia de Inteligencia Artificial y Ciencias de Datos para luchar contra la COVID-19. Inventora de 41 patentes es buen ejemplo de una mujer, investigadora de excelencia, que ha trabajado en, con y para empresas nacionales y multinacionales y en instituciones sin fines de lucro, además de colaborar con las administraciones en la tarea de crear y transferir nuevas tecnologías a la sociedad. La doctora Oliver es ejemplo de lo fructífera que es en el siglo XXI la movilidad geográfica y funcional del talento entre las diferentes organizaciones de la sociedad, donde las experiencias que funcionan en unas pueden encontrar aplicación en otras.

Finalmente, los jurados del premio al emprendedor, formados por grandes empresarios españoles, destacaron la figura de Benito Jiménez, fundador y principal ejecutivo del grupo de empresas en torno a Congelados de Navarra, un proyecto empresarial que se ha situado en un sector tradicional como el agroalimentario entre los principales fabricantes europeos. Ha conseguido penetrar en los mercados internacionales más exigentes como EEUU y los grandes países europeos, ensanchando así las oportunidades para la producción agrícola española. Un empresario que concibe la empresa como una organización cuyo fin va mucho más allá de la cuenta de resultados, que afirma que ganar dinero no es un fin en sí mismo, que es necesario, pero no suficiente. Defiende que una empresa es buena si su capital humano es bueno y que debe tener una motivación adicional, perseguir un impacto, un objetivo social que alcanzar en el entorno en el que se integra.

Seis ganadores: seis casos de una combinación de talento, esfuerzo, riesgo, vocación, suerte y éxito. Todos narran en sus relatos individuales errores y fracasos, pero han sabido perseverar. En el mes de noviembre se convierten en protagonistas en la Comunitat Valenciana de la actualidad científica y empresarial española: dos de los principales motores de impulso de la sociedad española como ha puesto bien de manifiesto la crisis de la COVID-19. Con buena ciencia que genere, ordene el conocimiento y desarrolle su aplicación en forma de nueva tecnología, junto con buenas empresas que organicen de manera eficiente, sostenible y justa la actividad privada de la sociedad, España podrá acometer con muchas garantías la etapa post-COVID. Aprovechemos bien los Fondos Europeos Next Generation para impulsar estos dos ámbitos y, en particular, la colaboración mutua que se encuentra en la base del éxito de los países más avanzados.