Estas últimas semanas el mundo está siendo testigo de acontecimientos en Europa que teníamos la esperanza de que no llegarían a producirse. El 24 de febrero de 2022 el presidente ruso Vladimir Putin anunció que su país iniciaba una “operación militar especial” y lanzó una ocupación a gran escala sobre Ucrania.

Mientras la guerra continúa, en el plano humanitario informa la ONU de que más de 3,5 millonesmde personas han huido del país y hay más de 10 millones de desplazados.

Ante esta situación, la ayuda política, financiera y humanitaria internacional se ha hecho imprescindible. La Unión Europea y otros países se han unido para ayudar al máximo a Ucrania y sus habitantes en estos momentos tan difíciles.

También muchas personas y organizaciones, impotentes ante la situación, están queriendo tratar de colaborar en la medida de sus posibilidades. En los medios hemos visto una ola de solidaridad que ha recorrido el mundo.

Este respaldo a Ucrania también se ha podido ver en el ecosistema startup a nivel europeo. En las últimas semanas varios medios europeos han recogido como varios de sus actores han venido jugando un papel muy destacado ayudando a Ucrania y sus habitantes.

Un ejemplo sería el de algunas empresas (además de grandes corporaciones como Facebook o Twitter) que están trabajando para frenar el problema de la desinformación y distribución de noticias falsas (Fake News) que tantos estragos han causado estos años.

Otros ejemplos serían los de compañías que están facilitando la recolección y envío de alimentos y productos de primera necesidad (Uber, Lifesaver, Glovo, Gorillas, etc.); otras que están ayudando con el transporte de refugiados desde Ucrania (Bolt, Flixbus, Uber, etc.); algunas han habilitado el alojamiento de refugiados por ciudadanos de países vecinos (Station F, Wunderflats, EU4UA, etc.); y otras ofrecen trabajos para ciudadanos ucranianos (UA Talents, Jobs4Ukraine, etc.).

En estos momentos en los que mucha gente puede sentirse impotente por no poder estar aportando su granito de arena, iniciativas como las comentadas ofrecen la posibilidad de colaborar a cualquier ciudadano u organización.

No es de extrañar que muchas startups se hayan lanzado a ayudar y, además, que hayan podido responder con rapidez a necesidades tan acuciantes como las provocadas por esta guerra. Estas empresas, por su idiosincrasia, están acostumbradas a adaptarse rápido a los cambios y trabajar en entornos muy competitivos. Además, en esta ocasión, sí se cumple ese gran objetivo (que otras veces suena a “mantra hueco”) al que muchas startups aspiran: hacer del mundo un lugar mejor.

Campañas de solidaridad como las expuestas nos tienen que hacer a todos más conscientes del poder y determinación que tenemos las personas cuando nos unimos por un objetivo o causa común.