Lady Grantham rechazaba por segunda vez al Príncipe Kuragin en los capítulos de la quinta temporada de «Downton Abbey» que han emitido esta semana en La 1. El todavía apuesto aristócrata con apelllido sacado de las páginas de ‘Guerra y Paz’ huye de los bolcheviques y sueña con recuperar a la dama con la que estuvo a punto de fugarse en un viaje de ella a la Rusia Imperial muchos años atrás.

La condesa viuda fue desde el primer capítulo el mejor personaje de la serie que algunos hemos acabado de ver gracias a TVE. Encontrármela en la hora de la siesta me lanzó a la plataforma correspondiente para revisitar los paisajes, sobre todo interiores, del drama que comienza con el hundimiento del Titanic.

Por el lugar que ocupa en la programación pudiera parecer una telenovela de sobremesa de las de mil episodios. Sin embargo, aunque también hay embarazos secretos, muertes inesperadas y amores imprudentes, importa tanto o más el contexto histórico. Por eso enternece la casi permanente expresión de extrañamiento del conde Lord Robert Crawley que observa cómo cambia su mundo.

Junto a los nobles terratenientes, los sirvientes, los otros habitantes de la gran casa, como en la recordada «Arriba y abajo» de los años setenta, planteamiento que el creador de «Downton Abbey» ha intentado trasladar al Nueva York de finales del XIX en ‘La edad dorada’ consiguiendo que añoremos al inigualable señor Carson.

Julian Felowes abandona la campiña inglesa y no encuentra el tono en las calles sin asfaltar que rodean Central Park. Lo british le funciona mucho mejor al guionista a quien encargaron una serie con las mismas claves que las desplegadas en el guion de «Gosford Park», película dirigida por Robert Altman en la que también se trataba la decadencia del Imperio Británico, la diferencia de clases y la homosexualidad durante una cacería.

Sin faisanes a tiro, en los tiempos de ‘La edad de la inocencia’ de Edith Wharton, a Felowes le falta otra Lady Grantham, aunque lo intenta con las hermanas Agnes van Rhijn y Ada Brook, la solterona con el rostro de Cynthia Nixon, siempre la Miranda Hobbes de «Sex in the City» en esas mismas aceras neoyorkinas más de un siglo después.

En torno a otro romance del pasado de la condesa viuda interpretada por la genial Maggie Smith – la condesa de Trentham en «Gosford Park»- gira una de las tramas de la película «Downton Abbey: Una nueva era» que aún puede disfrutarse en las salas. La pregunta es para cuándo una spin-off de los años mozos de Lady Violet.