C omo cada verano, que este año se ha anticipado, el monte se quema cuando el calor y el viento, hacen acto de presencia. Y todo ello ocurre cuando el monte no se limpia, durante los inviernos, según todo el mundo sabe.

Y eso puede ocurrir, en cualquier momento, en el mejor pulmón de Valencia : la Sierra Calderona, que en sus primeras estribaciones, en Nàquera y Serra se ha quedado sin un importante porcentaje de sus bellas pinadas, quemadas año tras año, sin que la autoridad competente (Ayuntamiento, Diputación y Generalitat) haya hecho, nunca, nada.

Así ha venido ocurriendo verano tras verano, porque el monte ha permanecido muy bonito, atiborrado de maleza, sobre todo de zarza morisca que se come, literalmente, los pinos, con un efecto deprimente en lugar de bello, pues está todo tan enmarañado, que solo los conejos, alguna alimaña y los jabalíes, pueden disfrutar ese entorno.

Concretamente voy a referirme, poniéndolo como ejemplo, a la zona existente, en Nàquera, entre la conocida Urbanización Monteamor, La Solana y colindantes (con el increíble «Arboretum» incluido) que, por cierto, ya fue objeto de crítica en un excelente artículo, firmado por el periodista de Levante-EMV, J.M.Vigara, entonces corresponsal en Nàquera, bajo el título «El peligro de vivir en la Calderona», dando pelos y señales, con foto de vecinos incluída, de lo que podría ocurrir si no se limpiaba.

Pues bien, han pasado más o menos dos años y el ayuntamiento sigue incumpliendo, negligentemente, su propio Bando de Alcaldía de fecha 15 de Junio, 2020, que tengo a la vista, y obligaba a todos los propietarios de parcelas a mantenerlas impolutas, bajo pena de que si no las limpiaban, el propio Ayuntamiento lo haría pasándoles a ellos los gastos, más la correspondiente sanción. Y es evidente que, hasta el día de la fecha, no se ha hecho nada de nada.