No tengo el gusto de conocer a Agustín Zaragozá, que hace unos días, en estas mismas páginas, se dirigía a mí como «vocero de la derecha», me acusaba de «mendigar un cargo público», de «sermonear memeces» y ya de paso me achacaba «deterioro cognitivo».

Pongo énfasis en que no le conozco porque me sorprende la familiaridad con que me trata y porque es raro que no hayamos coincidido aún, presentándose como se presenta como experto educador y cuando yo llevo 35 años trabajando en el mundo de la exclusión y la drogadicción, y otros 30 ocupando cargos de responsabilidad en materia social y educativa en València.

Zaragozá presume de llevar 15 años en las aulas, es decir, está aprendiendo. Oculta que la mayor parte de ese tiempo fue profesor en un colegio de monjas. Y eso que la experiencia debió marcarle bastante porque ahora abjura de quienes «imponen una doctrina religiosa», se burla del «portal de Belén» y postula que «la familia no existe y bien haríamos en promulgar su abolición». ¿Se lo explicó a las monjitas cuando trabajaba para ellas?

También estuvo años dando tumbos como interino, lo cual puede provocar desequilibrios emocionales. Recorrer año tras año centros educativos en busca de estabilidad laboral es duro y puede afectar al cerebro. Hay incluso quien se vuelve dogmático e intransigente -ya saben, más papista que el Papa- en busca de la recompensa del político de turno. En ocasiones hasta se consigue por esa vía que te dejen impartir cursos de formación en los Cefires de la Generalitat.  

Zaragozá se atreve a dar lecciones en adicciones porque se ha leído un manual publicado hace cuatro décadas. En los 80, cuando aún no sabía atarse los cordones, uno ya trabajaba para visibilizar y sacar del agujero a centenares de jóvenes atrapados por la heroína.

Quizás por su falta de experiencia niega los perjuicios del cannabis, la droga que mayor índice de ingresos hospitalarios provoca hoy entre nuestros jóvenes, un 26 %; más que la cocaína (22 %.) El Observatorio europeo de drogas ha identificado 830 sustancias adictivas, 200 relacionadas con el cannabis que tanto defiende Zaragozá.

Nuestro experto sin experiencia se ufana de impartir su doctrina en clase a la vez que reivindica los logros del «marxismo, comunismo y anarquismo», ideologías del partido único incompatibles con la democracia que han causado millones de muertos a lo largo de la Historia. Hacer de mercachifle ideológico debería ser incompatible con el aula. Retrotrae a los tiempos de la «Formación del espíritu nacional». Ay, Zaragozá, dime de qué presumes...