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La No-violencia,el arma de los fuertes

Como nos creemos que estamos en un mundo globalizado, en el que nada de lo que ocurre a otros nos debe ser ajeno, nuestro horizonte vital debe tener unos perfiles distintos, integradores, universales, compasivos.

Una de las consecuencias que se derivan de esa nueva percepción, no tan nueva, por cierto, sería la aspiración que la Agenda Mundial propone en sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, que incluyen el de la Justicia y la Paz a partir de Instituciones sólidas, y viceversa, lo que exige necesariamente comportamientos habituales de Justicia y de Paz en el contexto en el que cada cual se mueva.

Hace unos cuántos años habitó en nuestro planeta un personaje singular: Mahatma Gandhi. La universalidad del mismo no impide la concreción de algunas de las propuestas que le han convertido en un referente de la no-violencia. Por ejemplo, cuando afirmaba que la no-violencia es el «arma de los fuertes»; o que «la verdad y la no violencia son inseparables y se presuponen mutuamente»; o que «la no violencia es la mayor fuerza a disposición de la humanidad. Es más poderosa que el arma de destrucción más poderosa concebida por el ingenio del hombre».

También era consciente de la fragilidad humana y por ello sostenía que «puede ser que nunca tengamos suficiente fuerza como para ser totalmente no violentos de pensamiento, palabra y obra. Pero debemos hacer que la no violencia sea nuestro objetivo y avanzar constantemente hacia ella».

Aún vivía en los años en los que vagaba en la búsqueda de mi identidad, cuando tuve conocimiento que por el sur de Francia habitaba otro individuo singular: Lanza del Vasto. Criado en el seno de una familia aristocrática del sur de Italia, en su juventud estudió en París, luego en Florencia y en Pisa, donde se doctoró en Filosofía. Dudó entre una carrera universitaria y una vida de artista. Viajó por Italia, Alemania y Grecia. Pero pronto, el deseo de «mirar al mundo a los ojos» le lanzó hacia lejanos horizontes. En la India, que atravesó desde Ceilán hasta el Himalaya, el poeta filósofo se hizo vagabundo y peregrino. En el centro de este viaje, el encuentro decisivo con Gandhi, que le dio un nombre nuevo: Shantidas, servidor de paz. Toda su vida quedó marcada por la no-violencia, no como un mero ideal moral, sino como un resorte de transformación espiritual y social. En 1948 fundó la Comunidad del Arca («l’Arche»), a la cual se consagrará durante 33 años, impartiendo por el mundo entero un mensaje de sabiduría y de paz. Murió en 1981 en Elche de la Sierra (Albacete), donde estuve con él la última vez.

A él me interesó acercarme lo más posible para oler y sentir cómo se podía vivir no-violento. Y algunas de sus propuestas vitales me siguen acompañando, pues «los pacíficos no son aquellos que se están quietos; son aquellos que hacen la paz en el sentido fuerte de la palabra hacer», ya que «la no-violencia no es ni un procedimiento, ni una receta, ni un sistema; es una manera de hacer, que resulta de una manera de ser» (Las 4 plagas). En otros libros escribió: El héroe puro es el defensor de la justicia por la fuerza de la justicia; o que «aquel que va predicando la paz para el mundo y no la lleva dentro de sí es un impostor» (El Viático II); sabiendo que, en todo caso, «el final de un combate no-violento no conlleva derrota» (El gran retorno).

La Resolución aprobada por la Asamblea General de NNUU el 15 de junio de 2007, manda observar el Día Internacional de la No Violencia el 2 de octubre de cada año, aniversario del nacimiento de Mahatma Gandhi, afirmando: «Consciente de que la no violencia, la tolerancia, el pleno respeto de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales para todos, la democracia, el desarrollo, el entendimiento mutuo y el respeto de la diversidad están interrelacionados y se refuerzan entre sí; y Reafirmando la importancia universal del principio de la no violencia y abrigando el deseo de asegurar una cultura de paz, tolerancia, entendimiento y no violencia; (se) Invita a todos los Estados Miembros, a las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas, a las organizaciones regionales y no gubernamentales y a los particulares a celebrar de manera apropiada el Día Internacional de la No Violencia y a difundir el mensaje de la no violencia por medios como las actividades educativas y de sensibilización de la opinión pública».

Y, por ello, en Fundacion por la Justicia nos reafirmamos y hoy queremos celebrar que «trabajamos por la Justicia porque queremos la Paz».

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