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El primer vasco que ficha en Valencia

Gaizka jugará en el club de Parcent. levante-emv

Gaizka Iruretagoiena, 25 años, natural de Asteasu, el pueblo del escritor Bernado Atxaga, impresionó en la última Champions de Llargues de Benidorm con la formación de Gipuzkoa. Sólo por la diferencia de juegos no pudo acceder a las semifinales. Su saque era tan poderoso como el de los mejores valencianos. Los técnicos del equipo de Parcent se fijaron en él. Entre los mejores equipos europeos confirmaba las expectativas que ya había demostrado en dos encuentros amistosos que el club local había organizado con el club de Oiartzun. Le plantearon la posibilidad de jugar en la Liga de Llargues valenciana. El pelotari vasco no lo dudó ni un minuto. El acuerdo fue posible gracias al Ayuntamiento y a los seis patrocinadores locales del club : Perrier, Alahuar Hotel Restaurant, Hamburgueseria Dockers, Sirpe Instal.lacions Eléctriques, VitalParcentre y Siremar. Así es que el jugador guipuzcoano debutará con Parcent en la primera jornada de liga que será el sábado día 16 de febrero frente a la formación de Vila-Joia.

Lo hará con el equipo de la segunda categoría pues la intención del club es disponer de dos formaciones de primera división en la próxima temporada. El fichaje del pelotari vasco tiene ese objetivo final: una temporada de adaptación y una siguiente de explosión en la máxima división valenciana. Gaizka no viajará en carretas como hicieron los vasco-navarros en aquel desafío contra valencianos del 2 de septiembre de 1755, tras seis días de viaje. Gaizka viajará en avión cada fin de semana pero en su alma brota la misma ilusión de aquellos euskaldunes que llegaron a tierras mediterráneas para dar buena cuenta de los mejores valencianos.

Se trata de la primera vez en la historia que un pelotari vasco ficha por un club valenciano. Lo hace gracias a que se ha recuperado la especialidad de Bote Luzea o Llargues en tierras euskaldunas. El juego de las leyendas como Perkain o el Hijo de Simón de Arraioz, el que llegó a jugar Chiquito de Eibar, el que añoraba el escrito Peña y Goñi a finales del XIX y que se perdió por la irrupción del profesionalismo en el frontón de pared izquierda, ha vuelto con humildad pero con consistencia a las tierras vascas. Gaizka, como tantos niños vascos, comenzó peloteando contra la pared del frontón hasta que descubrió y le cautivó el Bote Luzea en el año 2017. Hoy se convierte en un pelotari que entra en la historia común de la pelota vasca y la pelota valenciana: el primero que firma un contrato con un club de otro territorio del que es natural. El presidente del club de Parcent, Ivan Ballester, resalta la variable más destacada de la noticia: «prestigia a las competiciones de la modalidad de Llargues, tanto en tierras vascas como valencianas y sobre todo, alimenta a través del deporte tradicional la amistad entre los pueblos vasco y valenciano». Impecable lectura. En similares términos se expresan los dirigentes del club vasco que ayer confirmaban la noticia de este que puede considerarse como el primer traspaso de pelotaris vascos a tierras valencianas. Seguramente sería un buen argumento para una de las novelas de su paisano.

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