A la orilla de un Xúquer que bajaba justito de agua, el secretario autonómico de Medio Ambiente no ahorró críticas al plan hidrológico recientemente aprobado con el voto en contra del Consell -lo valoró como «absolutamente impresentable»- que, según dijo, «mantiene unas guerras del agua en las que nosotros (el nuevo gobierno valenciano) no hemos de entrar. No es una cuestión de ir unos contra otros, sino de tener una visión general y buscar nuevos focos y nuevos aprovechamientos hídricos porque sabemos que, con lo que hay, no hay suficiente para todos (?) El plan reparte unas aguas que no existen, sobre el papel hay para todos, pero en la realidad no hay nada», incidió Julià Álvaro.

En esta línea, el secretario autonómico abogó por realizar una apuesta decidida por aprovechar «toda las fuentes de recursos hídricos que tenemos y no plantearnos sólo la cuestión de los grandes trasvases que recogen los planes hidrológicos que ha hecho el PP, que no solucionan absolutamente nada». Álvaro destacó la necesidad de incidir en la reutilización de aguas depuradas y de aumentar el rendimiento de las desaladoras «porque estamos hablando de unas magnitudes de agua por las que nos peleamos cuando las magnitudes que podemos conseguir con aguas depuradas o con las desaladoras son mucho mayores. Estamos haciendo una guerra por una cosa muy pequeña y robando agua entre pobres, repartiéndonos misteria cuando hay que mirar más allá y buscar otras fuentes».

Julià Álvaro indicó que «no se puede continuar esquilmando los acuíferos mientras tenemos la desaladora de Torrevieja al 30 % del rendimiento dando 30 hectómetros cuando podría dar 120 y en la Vega Baja nos peleamos por 30 hectómetros entre regantes de riego tradicional del Segura y los del trasvase».

El secretario autonómico, que en el caso del trasvase Xúquer-Vinalopó reiteró la oposición del Consell a cualquier otra toma que no sea la ya construida en l'Assut de la Marquesa, en Cullera, defendió que la solución a los confictos del agua debe arrancar desde el planteamieneto de que «es un problema de todos y que todos han de estar en la solución del problema, porque unos contra otros podríamos solucionar la situación de un determinado año, pero dejaremos el río en mala situación para el año que viene y en ese momento ya no habrá de donde sacar agua», reflexionó.