Tanto en la década de los setenta como en los años ochenta Cullera era un referente claro para el turismo francés. Casi el 40 % de los turistas que visitaban la ciudad procedían de los países de Europa y en especial del país vecino. Siendo muchos los españoles que emigraron a Francia tras la Guerra Civil, sus hijos y nietos querían conocer la tierra que vio nacer a sus antepasados y Cullera y la costa valenciana fueron un centro claro de referencia de aquellos años iniciales del «boom» turístico. Cullera era una referencia y, de hecho, eran muchas las empresas galas que utilizaban las playas valencianas para promocionar sus productos. Aún no se buscaba el turismo de hotel y eran muchas las familias que alquilaban apartamentos e incluso habitaciones para estos visitantes.

El paso de los años y las crisis que se han vivido especialmente en la última década hicieron que el turismo galo menguara progresivamente. Las visitas de turistas franceses se reducían año tras año. Aún así, Francia siempre ha sido clara referencia en cuanto a los visitantes que llegaban a Cullera, un referente de la evolución del turismo.

Y este año Cullera vuelve a estar de moda entre los turistas francófonos. La ciudad recupera terreno en el mercado turístico de lengua francesa, especialmente en dos de sus principales clientes tradicionales: franceses y belgas. Los turistas procedentes de esos países vuelven este año con fuerza a la ciudad costera valenciana. Y es que tras años en los que el municipio se había nutrido básicamente de visitantes nacionales, este año se está experimentando un notable repunte hasta alcanzar una situación similar a la que se vivió en los años setenta y ochenta, cuando Cullera era uno de los destinos favoritos de los veraneantes franceses.

En lo que llevamos de verano la presencia de franceses se ha incrementado en un 53 % respecto del año pasado. El crecimiento también se da entre los visitantes belgas, que se disparan un 131 %.

Otro dato positivo es la valoración que hacen los visitantes galos de Cullera como destino turístico. La media este año se sitúa en el 8,7 sobre 10. Lo que más valoran los turistas galos son las playas, el clima, la gastronomía y el descanso. La buena opinión que tienen los franceses de este destino vacacional así como la recuperación del mercado tradicional abren una oportunidad de fidelización del turista.

Por ello, el gobierno municipal incrementará de cara a la próxima temporada las acciones promocionales en estos mercados donde tiene un potencial de crecimiento importante. Lo hará de la mano de la asociación de hosteleros, de las inmobiliarias y de Acecu.

Por lo que respecta al resto del turismo internacional, Cullera también experimenta un crecimiento del turista alemán y británico. Ambos crecen este verano un 28 %. Rusos, italianos y holandeses les siguen en el ránquing de turistas extranjeros que acoge el municipio.