El Pont de Ferro de Fortaleny va camino de recuperar su esplendor. Para conseguirlo , los trabajadores han desnudado la infraestructura, como si de una operación de cirugía se tratase. Lo necesitaba. El puente Alfonso XIII estaba en la UCI y las obras de restauración impulsadas por la Diputació con un montante total de 969.406 euros, le han venido como si del mejor medicamento se tratase. Se iniciaron a mediados de enero y está previsto que termine a finales de octubre. Un proyecto de rehabilitación que llega después de casi siete años del primero que se programó y que quedó en algo efímero.
Lo mejor de esta actuación está en su finalidad y es que este emblema de la ingeniería civil de principios del siglo XIX, que se ha convertido en un signo de identidad para el municipio de la Ribera Baixa, podrá volver a ser utilizado por los vecinos y vecinas de la comarca gracias a su reconversión en itinerario ciclopeatonal. «Es emocionante ver cómo avanza su rehabilitación. Esta construcción nos identifica como pueblo y desde el gobierno hemos peleado mucho para poder volver a utilizarlo. Nuestra intención es crear una ruta ciclista, que conecte Fortaleny con Sueca, y que sea peatonal. Además, también está previsto hacer conciertos en época estival y actividades relacionadas con el entorno y la naturaleza», explicó Juani Clos, alcaldesa de la localidad ribereña.
Unos hierros históricos
El Pont de Ferro Alfonso XIII de Fortaleny servía para que las dos orillas del Xúquer pudiesen estar comunicadas, ya que antaño solo existía para cruzar de un lado a otro, el de Alzira, las barcas de Cullera y la barcaza de Albalat. Esta estructura está formada por siete vanos de acceso y uno principal de 70 metros de luz.
Fue proyectado en 1906 y construido en 1916 y dada su importancia patrimonial, la Diputació acordó con el Ministerio de Fomento su restauración con el objetivo de potenciar la movilidad sostenible en toda su red de carreteras. Para ello, y cumpliendo con su compromiso, se están adecuando los vanos de acceso y retirando los apeos provisionales, siguiendo una actuación similar a la que ya se llevó a cabo en 1990. Asimismo, además de reparar el vano principal, se está aplicando un tratamiento anticorrosivo a toda la estructura para protegerlo de la degradación.
Respecto al trazado ciclopeatonal, se realizará sobre la calzada central y contará con una anchura de 4,34 metros. No obstante, los viandantes deberán evitar el acceso y la circulación por las aceras, debido a su escasa anchura y a la tipología de las barandillas, que se deben respetar desde el punto de vista estético y paisajístico, pese a no ofrecer los estándares de seguridad necesarios.
Estas actuaciones se complementarán con una segunda fase que acometerá la conversión del tramo que ha quedado fuera de servicio en la antigua carretera CV-509 en una vía ciclopeatonal, además de la construcción de una pasarela sobre la autovía N-332 y el acondicionamiento del acceso a Sueca por la Avenida de la Vila i Honor, de Corbera.
