María Caballero, Aquilino Navarro y Francisco Caballero ya descansan tranquilos en su residencia de Algemesí. El domingo fueron arrastrados por una riada de lodo y agua mientras se dirigían en coche hacia la población vecina de Alginet y circulaban por una vía secundaria. Con el utilitario prácticamente inundado, los tres fueron rescatados en una operación conjunta de la Policía Local, los bomberos de Valencia y la Guardia Civil. El primer aviso se recibió sobre las 11 de la mañana, cuando se pusieron en contacto con su sobrino Julián. Fueron momentos muy tensos.

Ahora, 24 horas después, todo forma parte de un recuerdo que los tres protagonistas tardarán en olvidar. "Era como si el mar nos engullera con el coche. Nunca había visto unas corrientes así, los agentes venían a rescatarnos al principio y parecía que los llevaban las olas. Aún me pongo mala de pensar en lo ocurrido", apunta María, de 85 años de edad.

Ella fue la primera en salir del coche, abrazada a uno de los efectivos presentes. Su hermano Francisco (83 años) se mueve en términos similares a la hora de narrar lo ocurrido: "Casi que podemos decir que hemos vuelto a nacer. Fueron instantes de gran tensión. Creíamos que podíamos pasar sin problemas con el auto y luego nos dimos cuenta de que había mucha agua. Demasiada".

El vehículo fue prácticamente cubierto por un río de tono marrón y se quedó parado junto a uno de los árboles de la plantación de caquis a la acabó cayendo. Aquilino Navarro (77 años) iba al volante: "Es una carretera que ya había utilizado con anterioridad y la verdad es que está muy bien para circular. Aunque sí vi bastante agua, no fui consciente de que la situación era tan difícil. No se podían utilizar otras vías y creí que por este camino sí llegábamos a nuestro destino".

"Pensábamos que la lluvia no eran tan fuerte"

Consultados por los motivos que les llevaron a salir en una jornada de tromba explican que "la verdad es que no creíamos que la lluvia era tan fuerte. Vimos que caía bastante, pero no pensamos que fuera una tromba de esta magnitud".

Los tres recordarán el domingo pasado como uno de los días más duros de sus vidas. Sin embargo, poco a poco van recobrando las fuerzas y ya tienen un hueco para el humor: "Nos han llamado medios de comunicación de toda España y del extranjero. Hemos hecho famoso a Alginet, ahora tendremos que hacer lo mismo por Algemesí -municipio donde residen-. Cuando salgamos a la calle durante los próximos seguro que los vecinos no paran de preguntarnos", apostillan.

En estado de shock

«Teníamos que sacarles de allí sí o sí porque, si no, se iban a ahogar». «La suerte es que el coche no volcó, si cae de lado no estaríamos hablando aquí de esto». Los cuatro agentes de la Guardia Civil de Carlet que el domingo participaron en el rescate de los tres vecinos de Algemesí detallaron ayer todavía con emoción el servicio prestado.

El cabo primero Raúl Blázquez explicó que, cuando llegaron a la altura del vehículo, el agua alcanzaba ya el pecho del conductor y el del copiloto mientras que la mujer que ocupaba el asiento de detrás, con graves problemas de movilidad, se esforzaba en levantar la barbilla para seguir respirando.

«Estaban nerviosos, como en estado de 'shock' y les costaba articular palabra», comentó Blázquez, el primero que tras anudarse una cuerda a la cintura saltó hasta el coche y trató de tranquilizar a los ocupantes.

Según relató, su padre había sido bombero y tras recordar el fallecimiento meses atrás de un compañero en Sevilla arrastrado por el agua en una situación similar, explicó que le llegó como un flash un consejo que le dio: «Si te ocurre algo así amárrate una cuerda a la cintura». «La Guardia Civil está para este tipo de situaciones, estamos al servicio del ciudadano», destacó.