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Cinco niños de hasta 3 años se quedan sin escolarizar en la nueva Escoleta de Favara

Las madres y padres afectados solicitan un desdoblamiento de aula para ahorrar gastos y evitar la «discriminación» de sus hijos

Los procesos de escolarización llegan aparejados todos los años a problemas con alumnos que se quedan fuera de las plazas a las que aspiraban los padres, más todavía en núcleos poblacionales pequeños. Malestar, estupor e indignación entre algunos padres de Favara ante la negativa por parte de la Conselleria de Educación que preside Vicent Marzà a aprobar el desdoblamiento del aula piloto de dos y tres años, lo que ha provocado que de las veintitrés matrículas presentadas, sólo hayan sido admitidas dieciocho, por lo que cinco niños han quedado excluidos de la escuela. «Pensamos que es un agravio comparativo, además del daño emocional que esto les puede causar, dado que estos niños han estado haciendo una convivencia juntos durante once meses con el resto de los otros niños», argumentan algunas madres. Para los progenitores de los alumnos afectados, los cuales han recibido la solidaridad de los que sí han sido admitidos y del propio consistorio, «es una injusticia que en un pueblo como Favara, en el cual tan sólo hay una escuela pública, a los padres de estos niños se nos niegue el derecho de poder elegir libremente donde queremos llevar a nuestros hijos». Los padres ven incoherente la actuación de la conselleria, «que por un lado defiende y promueve la bajada de los ratios y por otro lado discrimina a estos cinco niños, a los que no se les da la misma oportunidad educativa». El aula piloto estaría integrada dentro de la «escoleta» municipal, con lo que estos cinco alumnos no admitidos tendrían que verse con sus antiguos compañeros en la clase de al lado, pero con condiciones diferentes con respecto a horarios, vacaciones, becas de comedor, gratuidad de los libros o actividades escolares. La Conselleria de Educación ofreció la gratuidad de las plazas escolares de dos y tres años en las escuelas infantiles municipales, con lo que se hacía cargo de los gastos de personal y de funcionamiento. Los padres, que ahora tendrán un coste económico para la educación de sus hijos, consideran estar discriminados y creen que se podría «aprovechar adecuadamente los recursos profesionales y de personal, sin grabar más las arcas económicas».

Rectificación necesaria

Se plantean el hipotético caso de que esta situación se hubiese generado, por ejemplo, en 1º de Primaria. Están convencidos de que en ese supuesto las clases sí que se habrían desdoblado para que ningún «niño se quedase fuera». Los progenitores creen que a los alumnos no admitidos se les podría provocar un daño considerable.

«Todos los niños han de tener una educación digna y por igual. Masificar una aula con dieciocho alumnos y otra descompensarla con cinco va en contra de la lay», argumentan los padres ribereños, quienes esperan que la consellería «rectifique y se pueda llegar a un acuerdo para que los veintitrés niños de Favara entre los dos y los tres años estén en igualdad ante su educación».

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