Las estimaciones de la superficie afectada bailan, pero el granizo ha vuelto a castigar a los agricultores de la Ribera. Y lo ha hecho en zonas que se habían salvado en los dos episodios anteriores: el más grave, el fenómeno meteorológico «downbrust» que el 1 de julio barrió la Ribera de Tous a Cullera causando estragos en las principales zonas productoras de caqui, y un segundo más moderado a principios de septiembre que se localizó en un triángulo imaginario entre Alberic, Gavarda y Tous.

La tormenta del miércoles por la tarde, que tuvo su epicentro en Càrcer, afectó a una superficie aproximada de 1.800 hectáreas en la Ribera, según una primera estimación de urgencia realizada por AVA, que no cuantifica económicamente los daños. El cálculo de los técnicos de la Unió reduce a 704 hectáreas de cultivo la superficie dañada en la comarca -el pedrisco también afectó a pueblos de la Costera- y estima en 2,25 millones de euros las pérdidas ocasionadas.

El temporal, como ayer adelantó Levante-EMV, derribó el muro del campo de fútbol de Senyera y recorrió los términos municipales Alcàntera, Beneixida, Cotes, Manuel, l'Ènova, Rafelguaraf y Villanueva de Castellón. La afección es desigual, pero ha dejado mucho daño. El alcalde de Càrcer y exsecretario general de la Unió, Josep Botella, relató que la tormenta había cogido una «franja importante» y no dudó en valorar como desastrosos los efectos en el caqui.

La valoración realizada por los técincos de AVA subraya que los daños son «de magnitud desigual» de forma que hay explotaciones donde el pedrisco ha arrasado prácticamente la totalidad de la cosecha mientras que, en otras, el nivel de afección es mínimo. «Caquis y cítricos son los cultivos que han sufrido las consecuencias», explicaron, mientras señalaban que en el caso del caqui el impacto de la piedra tiene efectos más dañinos y visibles puesto que su piel es más sensible que la de los cítricos, especialmente en este momento.

La Unió describió los efectos de la tormenta como episodos «muy localizados» que, en el caso de la Ribera, afectaron a 609 hectáreas de cítricos y 95 de caqui. «La media general de daños se sitúa alrededor del 25-30 % en cítricos y del 70 % en caqui, aunque en este último cultivo hay parcelas muy localizadas en las que subirán al 100 %», detallaron fuentes del sindicato agrario.

Ambas entidades coincidieron en señalar que, en aquellos lugares donde no cayó granizo, las lluvias son muy beneficiosas para frutales, cítricos y caquis, ya que contribuyen a mejorar los calibres, ahorran riegos, recargan los acuíferos y limpian los árboles, lo que contribuye a evitar posible plagas y enfermedades.