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Retiran 2.000 kilos de residuos de un vertedero junto al Magro en Alfarp

Un mirador con árboles en el lugar donde aparecieron cinco caballos muertos evitará que los coches se aproximen a descargar

La aparición y posterior retirada de los cadáveres de cinco caballos arrojados a una antigua gravera junto al cauce del Magro a su paso por Alfarp puso el foco el pasado mes de agosto sobre los vertederos incontrolados que jalonan este tramo del río. El Grup d'Acció Mediambiental del Marquesat y el colectivo SOS Animalades, con la colaboración de los ayuntamientos de Alfarp, Llombai y Catadau, la Plataforma Riu Magre y el Grup Excursionista de Catadau, han aprovechado la campaña internacional «World cleanup day» para proceder a la limpieza de uno de estos vertederos, del que un grupo de voluntarios extrajo el domingo alrededor de 2.000 kilos de residuos de todo tipo.

«Todos los agujeros de extracción de áridos se han acabado llenando de basura», denunció ayer el concejal de Medio Ambiente de Alfarp, Paco Pardo, mientras detallaba que alrededor de quince voluntarios participaron el domingo en esta jornada de concienciación ambiental en la que llenaron dos vehículos de residuos, entre ellos un pequeño camión.

Los trabajos de limpieza se realizaron en el mismo Camí de Sueca, justo a la altura del lugar donde aparecieron los cuerpos de los caballos, pero al otro lado de la calzada. Entre los residuos abandonados en este vertedero había muebles viejos, trastos de todo tipo e incluso unos envases de vidrio llenos de un líquido transparente que el ayuntamiento se dispone a analizar por si a través del contenido se pudiera identificara la persona o empresa que los ha podido abandonar de forma incontrolada. También había placas de uralita que contienen amianto, por lo que deben ser retiradas por una empresa especializada, y los tres ayuntamientos han abierto una vía para colaborar con este fin.

Pardo relató que el Ayuntamiento de Alfarp tiene previsto plantar árboles en un lateral de la calzada para habilitar un mirador hacia el Magro y frenar lo que se presume es una práctica habitual en este punto: arrimar el coche al talud de una antigua gravera y dejar caer por gravedad todo tipo de residuos. Cabe recordar que los propios caballos que aparecieron en este punto se encontraban a distintos niveles -alguno cerca del camino desde el que era perceptible el fuerde hedor de un cuerpo en descomposición- por lo que se presume que fueron arrojados desde arriba.

El edil destacó que esta iniciativa pretende que el impacto de las imágenes de la extracción de los caballos de la margen del río no quede en algo pasajero sino que «no se vuelva a repetir».

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