Lorenzo Carrió Esteban recibió el pasado martes, día de la fiesta de todos los valencianos, la distinción de la Generalitat Valenciana al mérito deportivo. La recogió su hijo, Llorenç, que ya sigue los pasos de su exitoso padre, quien no pudo acudir al acto por problemas de salud. El galardón es un reconocimiento a los éxitos conseguidos a lo largo de su carrera deportiva, tanto como levantador, como entrenador y promotor del deporte en el ámbito de la Comunitat Valenciana. Cabe recordar que actualmente es el Presidente de la Federación Valenciana de Halterofilia.

El atleta alcireño es un ejemplo de superación. De bien pequeño practicó varios deportes como el judo o el balonmano. El tan famoso fútbol no le gustaba. Con diez años se acercó al gimnasio donde entrenaba su primo, Juan Carlos Benedito. Su después maestro, Julián Perea, no quería que niños tan pequeños empezasen a entrenar. Actualmente, a corta edad, los aprendices de levantadores aprenden técnica con la barra, no con peso. La gimnasia era importante para Lorenzo ya que debía fortalecer unos músculos afectados por las operaciones derivadas por un accidente doméstico. Cuando tenía solo dos años se tiró una olla hirviendo que quemó el 70% de su cuerpo y lo mantuvo un mes en la UCI de la Fe. Le practicaron operaciones en el torso y el brazo derecho y los médicos le recomendaban que hiciese gimnasia para recupera elasticidad. El 4 de febrero de 1984 ya participó en el primer torneo, el de la falla República Argentina de Gandia, donde logró la medalla de oro. A los doce años, con solo 50 kilos de peso ya levantaba 65 en arrancada y 80 en dos tiempos y a los 14, logró su primer campeonato de España infantil. El primero de los 17 años consecutivos en los que fue el mejor levantador de su categoría. Dos años después ya formó parte de la selección española junior y tuvo que abandonar su casa para ingresar en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat del Vallès. Fue el paso previo para trasladarse a Madrid, a la residencia Blume, donde sería seguido personalmente por el seleccionador nacional.

Desde la adolescencia

Durante su trayectoria en el campeonato de España batió todos los records nacionales de su categoría. Con 17 años ganó la copa Ergonett en Budapest (Hungría). En 1992 le pudo llegar la oportunidad soñada de ser atleta olímpico pero el seleccionador consideró que era demasiado joven y dio la oportunidad a otro levantador. Al menos, como campeón de España fue relevista/portador de la antorcha de los Juegos Olímpicos de Barcelona'92.

En 1995, en el Campeonato Mundial Absoluto celebrado en la localidad de Guangzhou (China), consiguió el histórico hito de ser el primer español en levantar 200 kg, y por supuesto siguió batiendo todos los récords nacionales hasta ese momento.

El 28 de julio de 1996 participó en los Juegos Olímpicos de Atlanta, donde quedó en la 12.ª posición y volvió a batir las mejores marcas estatales con 167'5 kg en arrancada, repitió los 200 en dos tiempos y un total olímpico de 367'5. Se convirtió así en el primer deportista alzireño que participó en unos Juegos -a quien le siguieron su hermana Mónica en Sydney y Gemma Peris en Atenas.

En su palmarés por equipos cuenta con seis copas del Rey de clubes, una en 1994 en Alzira y cinco seguidas entre 2001 y 2005, competición con la que se retiró de la práctica activa de su deporte.

Desde entonces hasta la actualidad ha continuado vinculado a la halterofilia, tanto a nivel local como entrenador en el Club Halterofilia Alzira, como a nivel autonómico, donde ostenta la presidencia de la Federación de Halterofilia de la Comunitat Valenciana. En 2015, se le otorgó también la medalla de bronce de la Real Orden al Mérito Deportivo.