Alzira volvió a despertar ayer bajo una fuerte tromba de agua, aunque pronto se fue disipando el riesgo. No obstante, el caudal que empezó a bajar por el Barranc Fosc, uno de los protagonistas de la inundación del viernes, provocó que un vehículo de la Policía Local alertara con un megáfono y pidiera la retirada de los vehículos estacionados en la calle Pintor Enric Solbes para evitar que se vieran afectados si se desbordaba. Se trata de una actuación que no se hizo el viernes. Fuentes policiales apuntaron que un aviso así cuando el agua ya estaba en Alzira habría puesto en riesgo a los vecinos que intentaran salir.