Los Reyes Magos han llenado de ilusión y regalos los hogares de la Ribera. Y también de enfermedades. El hospital de Alzira ha sufrido las consecuencias de un incremento del número de pacientes y se ha visto, por momentos, desbordado. La saturación en Urgencias es tal que un simple box da cabida hasta a tres personas. Tampoco ha sido inusual ver camas en los pasillos. Incluso, existen casos de pacientes que tuvieron que esperar hasta 30 horas para ser trasladados Todo ello sin que la gripe haya hecho acto de presencia, pese a que se prevé que el índice de incidencia crezca a corto plazo debido al descenso de las temperaturas de este fin de semana.
Según confirmaron ayer fuentes del sindicato de enfermería Satse, las Urgencias estaban «a tope». El colapso en el hospital provoca situaciones que no son para nada nuevas en el centro alcireño. Se han repetido año tras año con motivo de los picos asistenciales derivados de la gripe. No obstante, dicha enfermedad no tiene la culpa de la saturación de estos días.
La semana empezó con un colapso de Urgencias, aunque ya se arrastraban problemas derivados de la falta de espacio y personal. Y por su puesto de la elevada demanda de atención sanitaria. Durante las vacaciones navideñas, la Conselleria de Sanitat mantenía cerrados los centros de salud en horario vespertino. Esta circunstancia se ha traducido en esperas de hasta quince días para recibir una cita y en pacientes que acudían al servicio de Urgencias «incluso por un resfriado», señalaron las mismas fuentes. «Los hospitales están a tope, hay gente enferma de casi todo, se han visto desbordados a nivel general», añadieron.
Pese a que los pacientes se encontraban atendidos, más de uno aguardó más tiempo del deseado en ser trasladado desde el servicio de Urgencias hasta una habitación en planta. Alguno tardó hasta 30 horas en obtenerla. Todo un incordio para aquellos que desean pasar su enfermedad con intimidad y para serenar la inquietud de los familiares, que se veían costreñidos por el particular régimen de visitas a los boxes.
Repunte
El miércoles se produjo uno de los escenarios más complicados, con hasta 22 pacientes pendientes de cama a las 11 de la mañana. De hecho, ya se ha puesto en marcha la Unidad de Preingreso, dotada con 24 camas, para hacer frente a la situación y con la previsión de que la situación no mejore los días siguientes. No obstante, la falta de personal y de medios para poner en marcha de manera precipitada ese servicio ha reducido la capacidad de asumir más pacientes para evitar los colapsos.
Durante las primeras horas de la mañana de ayer todo hacía presagiar que la situación remitía y se recuperaba la normalidad. Pero nada más lejos de la realidad. A medida que avanzaba el día la saturación volvía a ser la tónica dominante del servicio de Urgencias. «En los boxes han metido dos y hasta tres pacientes en el mismo box, también hay camas en los pasillos de Urgencias», admitía el sindicato de enfermería.
Paradójicamente, el hospital ha habilitado la citada Unidad de Preingreso, que ha supuesto una inversión de 170.000 euros en obra y equipamiento por parte de la Conselleria de Sanitat y que se ha ubicado en la primera planta del hospital, próxima a su Servicio de Urgencias. La misma consellera, Ana Barceló, la visitó recientemente. Pese a que su objetivo es el de «mejorar la atención a los pacientes de Urgencias pendientes de ingreso» (en palabras de la propia Barceló), de momento no puede funcionar a pleno rendimiento. Según detalló el Satse, se echó mano de dicha unidad para aliviar la saturación del hospital y descongestionar las Urgencias, pero a mediodía únicamente se hacía uso de seis de las camas, si bien fuentes del hospital confirmaron que la cifra se elevó hasta doce horas después. Las mismas fuentes no pudieron precisar si la mayor presión asistencial se debe a un número de pacientes más alto o a que sus dolencias sean más graves.
