Refugiarse del frío forma parte de la condición humana. Aunque para los alumnos y profesores del instituto Luis Suñer de Alzira se ha convertido en un problema. Su caldera de gasoil lleva casi un año estropeada y esperan, desde hace un mes, tener disponible el servicio de gas. Pese a que algunas aulas cuentan con aparatos de aire acondicionado, los talleres sufren las consecuencias de la falta de calefacción. Trabajar y/o estudiar a temperaturas de 5 ºC se ha convertido en un verdadero martirio para los usuarios del centro.

La caldera de gasoil que utilizaba el instituto quedó inoperativa en febrero del pasado año. La solución al problema vino con la instalación de una nueva de gas natural, pero todavía no funciona. El equipo directivo del centro se ha cansado de esperar. «Estamos enfadados porque ha pasado mucho tiempo. Tenemos paciencia, pero ya hace un año que se rompió y un mes desde que estamos dados de alta y tenemos la toma», denunció ayer. Según su relato, únicamente están a la espera de la colocación del contador y de la revisión general de la instalación.

«Llevan bastante tiempo diciéndonos que a la semana siguiente vendrán para solucionarlo. En teoría tendrían que haber venido el martes y ahora nos dicen que lo harán el viernes, solo nos dan largas. Si ya ese día no vienen será un auténtico cachondeo. Y si lo hacen, nos preocupa que encuentren cualquier inconveniente que alargue aún más el proceso. Esto no se puede aguantar», lamentó Marcos Giménez, director del centro.

Asilamiento

El instituto da cabida a estudiantes de FP y de cursos del Servef, por lo que su horario supera las 12 horas lectivas, desde las 8,30 hasta las 21,00 horas. «Desde las ocho hasta las diez aquí hace mucho frío y por las tardes ocurre lo mismo. Hay dos naves con cinco talleres en las que las temperaturas rondan los 5 ºC, así no se puede estar. Yo me siento en mi despacho y debo hacerlo con la chaqueta puesta, así que uno se puede imaginar como debe estar alguien que, por ejemplo, monta un cuadro eléctrico. Es cierto que compramos unos cañones de calor de 5 Kw cuando vimos que nuestro problema iba para largo, pero solo caldea el ambiente cuando lleva mucho tiempo en marcha», comentó sobre las adversas circunstancias que sufre el centro.

Este problema se suma a otro que se arrastra desde hace tiempo y que agrava la situación: «Por las noches no tenemos luz, ahora no tenemos ni calefacción. Todo suma para hacernos sentir abandonados, como somos el instituto que está a las afueras...», argumentó el director, molesto por los inconvenientes que afronta.