El Perelló se resiste a aceptar la reforma que 'estrangula' la carretera del Saler
Ochocientos vecinos y residendes rechazan con su firma el plan de «pacificación» del tráfico El municipio reclama la reversión de las obras, que han reducido el número de visitantes
El Perelló no se resigna a aceptar el estrangulamiento que sufre a causa de la reforma que la Conselleria de Transportes está llevando a cabo en su única vía de acceso, la CV-500, eje vertebral de los pueblos alojados en el Parque Natural de la Albufera. Más de 800 (concretamente 805) vecinos y vecinas que viven en el municipio o residen en él algunos meses al año han solicitado formalmente con su firma tanto a la Dirección General de Obras Públicas como al Ayuntamiento de Valencia la reversión de todas las obras de «pacificación» llevadas a término hasta la fecha así como la paralización del proyecto de pacificación, incluidas futuras medidas hasta que se abra un periodo de negociaciones y consultas con las poblaciones afectadas.
A estos escritos presentados por los afectados se suman unas doscientas solicitudes más que están en fase de tramitación, y otras 163 firmas que han tenido que ser descartadas debido a omisiones de datos y otros errores en su cumplimentación.
Las reforma efectuada en la CV-500 incluye la reducción de velocidad de la vía a 60 km/h, el estrechamiento de la calzada, la línea continua en los trece kilómetros que separan El Saler y El Perelló, la instalación de un radar de tramo y por último, la construcción de una rotonda en la entrada de la localidad de El Palmar, que algunas fuentes afirman que no respeta las medidas legales aplicables a las glorietas en ese tipo de vías.
El alcalde de El Perelló, Andrés Fernández, ha incidido en «la necesidad de que la reversión de las obras lleve a aparejada también la ampliación de la vía así como la mejora de las comunicaciones a través de la dotación de nuevas infraestructuras de transporte público en la zona».
«Revertir este despropósito»
Fernández insiste en que no van a ahorrar ningún esfuerzo para convencer a la Administración autonómica de la necesidad de dar marcha atrás. «Haremos lo que sea necesario para revertir este despropósito que tanto nos está perjudicando y que está condenando a El Perelló a la desaparición. Me gustaría hacer un llamamiento al sentido común, que los promotores de estas medidas por fin hablen con los pueblos afectados, que no somos pocos. Y no nos conformamos con mejorar la carretera, también necesitamos un transporte público en condiciones, todo lo que facilite las comunicaciones y aumente la calidad de vida de nuestros vecinos».
El alcalde, que se ha tomado la propuesta de revertir las obras de la CV-500 como un asunto de extrema necesidad local, se ha involucrado también en la campaña de informacion ciudadad y en la recogida de firmas. También ha estado presente muchos sábados en el mercado municipal de la localidad, dispuesto a explicar y apoyar la paralización de las medidas llevadas a cabo en perjuicio de los vecinos de El Perelló.
La remodelación que se llevó a cabo hace poco más de un año, con una restricción de la velocidad a 60 kilómetros por hora y una línea continua durante todo el trayecto, provoca kilométricas colas de acceso a las diferentes poblaciones, perjudicando, según opinan los afectados, a los comercios de la zona, en especial a la hostelería. Los afectados han llegado a instalar pancartas y a colocar lápidas y cruces en esa curva «para concienciar a todos los usuarios de la carretera de la necesidad de conversar y llegar a acuerdos con los vecinos y no como se viene haciendo hasta ahora. Estamos siendo ninguneados e ignorados».