El TSJ destaca en la sentencia que, «tal y como contundentemente» refleja el informe de la inspección médica «llama la atención que no se tomara ninguna decisión respecto al tratamiento de la obstrucción arterial, detectada en el TAC la tarde del día 17 hasta el día siguiente, cuando las lesiones apreciadas entonces hacían inviable cualquier otra actitud terapéutica que no fueran las meramente paliativas». La sentencia también estima posible que, de haber planteado la fibrinolisis, «no se hubiese llegado a la situación de irreversibilidad que la situación del paciente presentó el día posterior», cuando ya le sobrevino la muerte. La administración y la aseguradora demandadas negaron la negligencia, desatención o mala praxis.