Se acerca la época en la que los almacenes congregan menos actividad y eso se nota en la evolución del paro de la comarca. El mes de febrero se saldó con un mayor nivel de desempleo, concretamente ha crecido un 1,28 % entre en el último mes, como es habitual. No obstante, los nuevos datos aportados por Labora arrojan una clara mejoría con respecto al año anterior. En el mismo mes de 2019, había un 2 % más. La tendencia se mantiene, pero la situación general es mejor.

Al finalizar febrero, el servicio valenciano de empleo contabilizó en la Ribera 19.450 parados, lo que supone un 1,28 % más que en enero, cuando la lista de demandantes estaba compuesta por 19.204 vecinos de la comarca. Buena parte del incremento del paro se debe a la agricultura, que no pasa por su mejor momento y se encuentra ya en una época en la que la actividad de sus grandes campañas se ha reducido considerablemente. De hecho, el sector agrícola aporta 145 nuevos parados de los 246 totales.

No obstante, hay un dato que resulta todavía más llamativo. Los sindicatos no se cansan de denunciar las gran desigualdad que todavía existe en la actualidad enter hombres y mujeres. Razón no les falta, a tenor de los registros. Entre enero y febrero el desempleo ha crecido entre las féminas pero no entre los varones. En la Ribera Baixa, hay 58 mujeres más en paro mientras que hay 47 hombres desocupados menos. Ocurre lo mismo en la Ribera Alta, donde se contabilizaron 301 mujeres más en paro frente a la reducción de desempleo entre el sexo masculino, con 66 ocupados más.

Sólo 30 % contratos a mujeres

Tal y como apuntaba ayer UGT, prácticamente siete de cada diez contratos nuevos fueron a parar a manos masculinas. Concretamente se registraron 14.481 en el mes de febrero, 4.477 de los cuales fueron a mujeres por los 10.000 que se ofrecieron a hombres.

El secretario intercomarcal del sindicato, Raül Roselló, reconoció que los datos del paro «son relativamente buenos» dada la mejoría interanual, aunque señaló que existen «incertidumbres en el entorno económico». «No obstante, al mirar la letra pequeña, el mercado laboral sigue registrando las mismas barreras de entrada y de permanencia en el empleo de una parte de la sociedad», añadió a continuación.

Roselló recordó que el mercado laboral de la Ribera «evidencia su debilidad con una gran precariedad que propicia fuertes entradas y salidas del mercado laboral y con periodos punta de contratación que repercuten en las condiciones de trabajo de los que acaban perdiendo el empleo, y también de los que se quedan». Con todo, apuntó que las políticas progresistas «que repercuten en la calidad de empleo, en especial la subida del salario mínimo interprofesional, no conllevan destrucción de empleo, ya que este mes ha sido más positivo que el año pasado».

Por último, el sindicalista abogó por «reforzar esta evolución, con la apuesta por las políticas tanto a nivel autonómico, como estatal, que mejoren el sistema productivo, en calidad del empleo, en innovación, en desarrollo del mercado exterior y en crecimiento de la productividad».