Este particular certamen tiene menos de treinta años de vida, pero la Malva se ha especializado como ninguna otra comisión fallera. A sus nueve victorias habría que sumar ocho segundas posiciones y dos terceras. Un palmarés al alcance de muy pocas fallas. No obstante, la victoria se ha resistido durante los últimos años. En 2015 y 2016 sumó dos triunfos consecutivos y, al año siguiente, el último en el que el certamen premiaba tanto a fallas de València como del resto de localidades, fue segunda. Sumaba, hasta la fecha, once podios consecutivos y todo hacía presagiar que, con un concurso para las comisiones de la capital y otro para el resto, la Malva arrasaría año tras año. Nada más lejos de la realidad, ya que en 2018 tuvo que conformarse con la cuarta plaza. El año pasado mejoró el resultado para ser segunda, aunque ya acumulaba tres años sin ganar.

Un paseo museístico

Los resultados habrían sido impecables para cualquier otra falla, pero no para una acostumbrada a ganar. De modo que, este año, el equipo encargado del «llibret» José Manuel Rubio, Alba Fluixà, Josep Antoni Fluixà, Miguel Àngel Martínez, Isabel Pellicer, Santi Sancho y Enrique Furió, entre otros, se puso manos a la obra para evitar otro ejercicio sin victoria.

El resultado de su trabajo es el «Museu del Destrellat», un libro que también es un monumento, ya que está formado por diferentes elementos que permiten a los lectores confeccionar su particular falla. La parte inferior la forma una especie de plano, en el que se observan cada una de las salas del museo. Éstas representan los distintos temas que abordan los diferentes escritores, tanto miembros de la asociación como colaboradores externos. Temática social, sostenibilidad o actualidad fallera son sólo algunos ejemplos. Pero también se incluye un repaso a los distintos museos falleros de la Comunitat y, por su puesto al de Alzira. En el caso de éste último, se plantea como una actividad didáctica para niños que, en caso de querer completarla, deben visitar las instalaciones del museo alcireño. Asimismo, también cuenta con un libro pequeño en el que se explica el monumento infantil. Todo ello aderezado de la habitual sátira fallera, que en este caso ha querido inspirarse en el dadaísmo para promover el particular movimiento FaFà, que busca una mirada crítica.